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Comunimétodos: soluciones prácticas a problemas empresariales

Por: DCH. Edgar Josué García López
Doctor en Ciencias y Humanidades, por la UNAM y la UAdeC; investigador de la UCEM y del GICOM
edgarjosuegl@hotmail.com

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Gran parte de los recursos que cada año las empresas invierten en la solución de problemas y contingencias, podrían ahorrarse y reinvertirse en otras áreas si establecieran metódicamente la implementación de estrategias relacionadas con observar, registrar, sistematizar y tomar decisiones; acciones concretas que de manera básica comprenden los comunimétodos.

Cada empresa tiene una personalidad propia, no obstante existen condiciones y circunstancias que se comparten en un mismo contexto, lo cual provoca que, aunque no lo parezca, determinadas situaciones resulten comunes o frecuentes en la mayoría de las organizaciones; es el caso de la rotación de personal, la deficiente distribución de productos, una crisis creativa o la falta de liquidez, por mencionar solamente algunas de otras tantas problemáticas que seguramente a más de uno, empresarios o colaboradores, resultarán familiares.

Se entenderán por acciones comunes aquellas que se presentan en más de una empresa, y por frecuentes a las que ocurren más de una vez en la historia de una o más empresas, en otras palabras, lo común se repite en el espacio mientras que lo frecuente en el tiempo. Visto de esta manera resulta sumamente útil detenerse a observar a otras empresas con perfiles similares, ya sea para identificar situaciones problemáticas a evitar, o bien, casos de éxito para recrear.

La gran cantidad de información que se puede generar, hace necesario un registro riguroso de datos, así como la construcción de sistemas de información a los cuales se les puedan hacer consultas concretas sobre qué hay que hacer o qué hay que dejar de hacer para conseguir el éxito o evitar el fracaso en determinadas circunstancias, todo ello de acuerdo con las experiencias recabadas. Bajo la premisa de que existen problemas comunes y frecuentes, es posible concebir la existencia de soluciones comunes y frecuentes también; la vinculación entre estas situaciones y soluciones, así como la síntesis de los pasos que se deben seguir para conseguir el paso de un estado actual a otro deseado es a lo que la Ingeniería en Comunicación Social ha denominado comunimétodos.

Hay situaciones que marcan históricamente el desarrollo de sus estructuras e interacciones, tanto en lo individual como en lo colectivo, acciones repetidas que con diferente grado de complejidad evidencian la personalidad de una organización; cada momento de la vida cotidiana de una empresa u organización está vinculada con ciertas acciones y estrategias, algunas se mantienen a lo largo del tiempo, otras se modifican y adaptan al cambio, y otras más desaparecen; los comunimétodos operan sobre esos patrones, esas repeticiones y hábitos que suelen convertirse en leyes.

Los comunimétodos son un conjunto de operaciones a realizar para conseguir algo en concreto, guías prácticas de acción que responden a preguntas tan simples como ¿qué se debe hacer para favorecer la puntualidad en el personal?, o no tan simples como ¿cuáles serían las operaciones básicas para promover en los empleados conductas productivas?, por mencionar un par de ejemplos. La virtud de los comunimétodos radica en ser síntesis de procesos que parten de experiencias propias y ajenas, cuyo objetivo principal es simplificar problemas y soluciones para que puedan ser comprendidos y aplicados por aquellos que no son expertos.

Un comunimétodo se expresa como un breve enunciado que expone síntomas y soluciones de manera sintética, por ejemplo: “para tener una dentadura sana es necesario cepillarla por lo menos tres veces al día”, en efecto, una serie de estudios teóricos y prácticos han contribuido para determinarlo así, no ha sido necesario que cada persona sea un especialista para saberlo, basta con la indicación de los expertos.

Para conseguir soluciones prácticas a conflictos específicos, es posible que un especialista pueda sintetizar procesos y resultados que, a manera de un prontuario, funcionen como una guía de acción; precisamente, aquellas situaciones que se presentan en el tiempo y en el espacio en reiteradas ocasiones pueden intervenirse, después de un diagnóstico inicial, con estrategias basadas en la experiencia de otros. Esto promueve que no se tenga que investigar desde cero cada vez que una situación se presente sino que se parta del antecedente dictado por los comunimétodos, dando por resultado el ahorro de recursos.

De lo que se trata es de construir un modelo que pueda ser aplicado a otras empresas, o en la misma empresa, pero en diversos momentos; por ello estos métodos comunes son acciones concretas delimitadas en espacio, tiempo y circunstancias específicas que surgen de lo que cada quien hace, es decir, se construyen con lo que se tiene, lo que se vive día a día.

Aunque parecen procesos sencillos, para configurar los comunimétodos es necesario un proceso de acompañamiento con expertos que observen esas acciones cotidianas que se han de convertir en guías de acción, como la interacción en diversos contextos, relaciones entre los propios integrantes de la empresa con la sociedad en general, con diversas instancias o empresas; procesos de gestión de recursos, usos de los mismos, y otros.

Para que dichos métodos sean más efectivos, deben obedecer a las circunstancias de cada caso, como una paradoja; cercanos a la generalidad, puesto que de ella surgen, y familiares con lo local donde han de aplicarse. Como se mencionó anteriormente, un comunimétodo solo puede operar con situaciones reales, factibles, no deseables, su filosofía está bien resumida en las palabras de Theodore Roosevelt, quien fuera el vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos entre los años de 1901 y 1909: “Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés”.

 Cinco puntos clave para diseñar comunimétodos

  1. Diseñar y utilizar sistemas de información para la toma de decisiones con base en sucesos pasados; es decir, aprender de la memoria.
  2. Son guías de acción configuradas como breves enunciados que sintetizan problemas, soluciones y procesos para cumplir objetivos específicos.
  3. Surgen de situaciones comunes y frecuentes; de experiencias propias y ajenas, ya sea para solucionar problemas o para promover el éxito.
  4. Es recomendable someterlos periódicamente a revisión; los éxitos anteriores no garantizan los éxitos futuros.
  5. Es indispensable asesorarse de un experto en su diseño durante la configuración de los mismos, posteriormente su aplicación podría ser operada por cualquier miembro de una organización.

En los últimos años han emergido perfiles profesionales especializados, Ingenieros en Comunicación Social, que se han habilitado como expertos observadores de la cotidianidad en diversos contextos; apostar a su acompañamiento durante determinados periodos de trabajo a lo largo del año bien vale la inversión; al paso del tiempo una empresa podría llegar a manejar todo un catálogo de comunimétodos que le ahorrarían recursos en la solución de problemas comunes y frecuentes, lo que le permitirá dirigir su atención a nuevos procesos y no a reiterados problemas que obstaculizan su evolución.

Referencias documentales

Galindo, J. (2014). Ingeniería en Comunicación Social. Hacia un programa general. México: BUAP.

García, E. (2015) “Notas para comprender la relación entre Participación y Comunicación. O del por qué y cómo construir la cultura de participación en las organizaciones”. En Galindo, J. e Islas, O. (Coords.) Ingeniería en Comunicación Social y Comunicación Estratégica. España: Latina.

García, E. y Dueñas, L. (2017) “Ingeniería en comunicación social de la cultura de participación en microempresas familiares. Atisbos y reflexiones”. RAZÓN Y PALABRA, Vol. 21. Número 1_96. enero-marzo. Disponible en http://www.revistarazonypalabra.org/index.php/ryp/article/view/924.