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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Elon Musk en busca de hacer historia

Por: LCC. Gabriel Moreno Rodríguez
Productor; académico en el ITESM; director de noticias; analista en temas de tecnología y CEO
@gabofanfare

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Hablar sobre Elon Musk, el creador de PayPal, SpaceX y Tesla, puede despertar en muchos el fanatismo y la admiración que antes lo hicieran otros personajes como Steve Jobs o Carl Sagan. Personajes calificados como visionarios, disruptivos y líderes de opinión para las masas, pero que más allá de lo que pueden ser sus personalidades carismáticas, guardan varias contribuciones importantes a la ciencia, que vistas desde la óptica de negocios pueden dejarnos varias lecciones interesantes.

El campo de la ciencia está plagado de descubrimientos e ideas que nos han lanzado a mejorar el estilo de vida que llevamos, desde los avances médicos, hasta nuestra forma de comunicarnos. Pero los avances, en muchos casos, podrían estar limitados a una zona de confort o un techo de cristal, como prefieran verlo.

Y es que, por cada descubrimiento en la inteligencia artificial y la nanotecnología, las grandes aventuras de la humanidad se han visto limitadas por nuestra dependencia al combustible fósil y las inversiones limitadas en el campo científico por parte de los gobiernos. Pero el futuro nos ha demostrado que su paciencia es limitada.

El calentamiento global, las crisis energéticas y la escasez de recursos naturales, nos han demostrado que aquellos sueños que inspiraron los esfuerzos de nuestros abuelos por conquista la luna y el uso de la energía nuclear, podrían ahora ser concentrados en la colonización espacial, los vehículos eléctricos y la inteligencia artificial.

Conseguir algunos de estos avances, no solo significaría el nacimiento de nuevos mercados emergentes, alcanzar al menos uno de ellos significaría hacer historia.

Y Elon Musk está obsesionado con hacerlo.

Las credenciales de Elon Musk

Con un espíritu auto didacta, adicto al trabajo y emprendedor, Musk ya vendía software programado por él y partes de computadoras a sus nueve años, fue internista en el banco de Nueva Escocia y hasta convirtió su cuarto de dormitorio en un pequeño centro nocturno donde una sola fiesta le daba ganancias para pagar todo el mes de renta.

Pero sería desde 1995 hasta principios del 2002 cuando el camino del emprendimiento lo llevara al surgimiento de PayPal, el servicio de compras en línea, que, con sus protocolos de seguridad, permite al usuario comprar en sitios verificados de manera segura y sin poner en riesgo su información bancaria.

Cuando PayPal fue vendido a eBay en 2002, Musk ya tenía 180 millones de dólares en la bolsa (libres de impuestos) por la compra, sin contar con las varias ideas de nuevos startups que, hasta la fecha, siguen marcando tendencias en sus respetivos campos científicos.

De entrada, tenemos a una de sus empresas más importantes: Tesla Motor

Con cuatro modelos en el mercado, los autos eléctricos de Tesla han consolidado a la empresa como una de las más valiosas en el futuro de la movilidad urbana, ya que su capitalización del mercado se ubica en 53.6 billones de dólares, rivalizando con la de la compañía Ford que se ubica con la mismo cap de mercado en 52.8 billones de dólares, similitud sorpresiva si nos detenemos a ver que las ventas de autos de Ford superan en 6.5 millones a las de Tesla.

Los avances en la ciencia de los autos eléctricos, un mercado tan desconocido, hicieron que el propio Elon liberara varias patentes de sus autos para volver el mercado más competitivo y con un desarrollo más rápido.

Y luego llega Space X

SpaceX la empresa de transporte espacial fundada por Elon Musk es quizá su aventura más ambiciosa.

En sus conferencias, Musk ha definido a SpaceX como el futuro del transporte espacial que ayudará en los grandes proyectos de exploración e intentos de colonización a marte.

Sus primeros pasos han sido sólidos, con los lanzamientos de los cohetes Falcon, que han demostrado ser capaces de cargar más del doble de lo que otros cohetes de su mismo tamaño pueden. Eso sin contar con el hecho de que son reutilizables y representan ahorros millonarios para la industria aeroespacial.

De acuerdo a declaraciones del propio Musk, una de sus principales motivaciones para los lanzamientos tan publicitados de sus cohetes Falcon es lograr que las personas “vuelvan a emocionarse con el espacio” e inspirar a más jóvenes científicos y a la comunidad en general en apoyar la exploración espacial, como en otras décadas ocurría.

En febrero del 2018 con el lanzamiento del cohete Falcon Heavy, muchos pudimos sentir la emoción de la que hablaba Musk y la pasión con la que cientos de científicos están dando pasos agigantados en torno a una carrera que muchos habían comenzado a ignorar. La carrera por responder las esenciales preguntas: ¿de dónde venimos? y ¿estamos solos en este universo? Los videos disponibles en Youtube son impactantes e increíbles, vale la pena verlos.

Pero el transporte de toneladas de equipo científico espacial es solo una pequeña meta lograda por Musk, hace dos años cientos de periodistas fueron testigos de los planes de SpaceX por colonizar marte durante nuestro periodo de vida. Varios de los pasos clave, ya han sido logrados.

La historia también sigue en la tierra

Hablar solo de Tesla y SpaceX en el legado científico de Elon Musk es también dejar fuera otros proyectos altamente ambiciosos.

Hyperloop es el proyecto presentado por primera vez en 2012 que tiene como objetivo la construcción de tubos sellados al vacío donde podrían viajar cápsulas a velocidades de más de 1,000 km por hora, libres de fricción y obstáculos. Varias empresas se han unido al proyecto y trabajan activamente en prototipos en todo el mundo.

Solar City es una subsidiaria de Tesla Motors y tiene como objetivo la modernización de edificios, casas y empresas aprovechando la energía solar por medio de placas solares y vehículos eléctricos que usan este tipo de energía.

The Boring Company es otro Proyecto de Musk que busca solucionar los problemas de espacio y movilidad dentro de las ciudades cavando túneles que sirvan como expansiones de edificios y nuevos caminos donde los vehículos puedan transportarse. El genio sudafricano lo define como “pensar en la construcción en 3D”.

Es negocio hacer historia

Es difícil negar la capacidad de emprendimiento de Elon Musk, un adicto a trabajar 100 horas a la semana, y leer cientos de libros al año. Sin embargo, quizá su mayor contribución científica aún no ha llegado, y aún existe la posibilidad, de que se le vea como el arquitecto que nunca pudo concluir alguno de sus trabajos.

Y es que en la comunidad científica Elon Musk es visto como un hombre obsesionado con hacer historia, que quema millones de dólares en sueldos, proyectos fallidos y carreras científicas que a veces no conducen a los resultados deseados por sus inversionistas.

Tesla, por ejemplo, apenas puede costear los extravagantes nuevos proyectos de Musk, y desde la perspectiva antes propuesta, podría parecer que nos encontramos a una inminente catástrofe, o al menos, la eventual destitución de su fundador.

Pero la tentación de llegar a un hito histórico y sus respectivas minas de oro, supone no solamente una tentación real para todos los involucrados en las empresas de Elon Musk, sino también un rayo de esperanza para toda la comunidad científica que durante tantos años fue olvidada por la avaricia de unos pocos y el desinterés de muchos, y ese, podría ser un noble legado de Elon Musk para nosotros.