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PANORAMA POLÍTICO

Eso sí calienta

Por: Denise Dresser
Analista política en radio y autora de numerosos artículos sobre política mexicana y relaciones México-Estados Unidos
@DeniseDresserG

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Una de las frases favoritas de Andrés Manuel López Obrador es "eso sí calienta". La usa con frecuencia para responder a críticas y cuestionamientos, juicios y señalamientos. La usa para distanciarse de sus predecesores y pintarse como distinto; un artífice del cambio y no un genio de la simulación. En la narrativa gubernamental él no es Carlos Salinas porque jamás usaría la política social de manera clientelar. Él no es Felipe Calderón porque nunca militarizaría la guerra contra las drogas. Él no es Enrique Peña Nieto porque jamás permitiría la corrupción auspiciada y fomentada desde el gobierno. Repite sin cesar que –en comparación con los expoliadores del pasado– sus intenciones son nobles, sus colaboradores son impolutos, su gobierno no encubre ni solapa. Pero la terca realidad lo desdice.

Mientras la llamada Cuarta Transformación elige chivos expiatorios, encarcela a algunos y acusa a otros, también perpetúa las peores prácticas del pasado. Barre ciertos escalones, pero permite el enlodamiento de la escalera sobre la cual el Presidente está parado, haciendo –por lo visto– la historia de siempre. La historia de la Estafa Maestra del periodo peñanietista, repleta de empresas fantasma, fondos desviados, amigos enriquecidos, botines repartidos. La historia de adjudicaciones directas en vez de licitaciones transparentes. El capitalismo de cuates que la 4T no combate; hace suyo.

Documentado por una investigación de Quinto Elemento Lab, y publicada por la revista Proceso. El "boom" de nuevas empresas, creadas al vapor, ávidas de convertirse en proveedoras gubernamentales, ávidas de beneficiarse de un proceso de contrataciones que fomenta la corrupción. Durante el primer año de un gobierno que se proclama "diferente", surgieron 171 empresas y lograron 561 contratos por 366 millones de pesos con 92 dependencias gubernamentales. El 77 por ciento de los miembros del Consejo de Administración carecen de experiencia empresarial. 7 de cada 10 contratos fueron por adjudicación directa y sin convocatoria pública. Una colmena de corrupción, un enjambre de abejas morenistas, felices, felices, felices.

Así lo evidencia la fecha de creación de los nuevos proveedores gubernamentales vía las claves alfanuméricas del Registro Federal de Contribuyentes en Compranet. Así lo atestigua la revisión de más de un centenar de documentos patrimoniales en registros públicos de México, Estados Unidos y Panamá. Así lo revelan los 398 contratos –el 71%– repartidos por asignación directa. Nada de fake news o una conspiración del conservadurismo o una rémora del neoliberalismo o una forma "diferente" de combatir la corrupción. Ahí está constatado un patrón, con datos y cifras y números y nombres, que AMLO denunció desde la oposición y emula desde el gobierno. Las contrataciones públicas como una de las áreas más vulnerables al cochupo, al soborno, a la simulación. La ASF lo ha reiterado: la forma en la cual se asigna y licita y entrega contratos es un riesgo para el erario. Antes de la 4T y durante la 4T.

Basta con enterarnos que la Sedena celebró contratos con empresas de reciente creación, para dotar a la nueva Guardia Nacional de uniformes y chalecos antibalas. Entre ellos resalta el celebrado con Hollond Solutions Textile, constituida en enero de 2019 por la empresa Agorta, siguiendo un esquema típico de los paraísos fiscales en Panamá que buscan ocultar a sus verdaderos propietarios. Basta con saber que la Conade celebró tres contratos con empresas apenas formadas, y una de ellas tiene como socia a la exasistente de Ana Guevara, quien ahora es parte del equipo de Manuel Bartlett en la CFE. Ostergard Rensen Consultores surgió en marzo de 2019, y apenas dos meses después, la Conade le adjudicó de manera directa un contrato de 1.4 millones de pesos, por "consultoría legal, civil y migratoria".

Los esquemas de empresas fantasma y contrataciones coludidas han resurgido porque dentro del nuevo gobierno se están fomentando las viejas prácticas. Se mandan mensajes de que se quiere dar la oportunidad a "nuevos despachos". Pero esa retórica y esa forma de otorgar contratos permite que continúe el pillaje perfecto. El de Javier Duarte y la Estafa Maestra y las empresas fantasma y los socios apócrifos y los recursos públicos embolsados y la democracia convertida en cleptocracia. Citando a AMLO: eso sí calienta.