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Fluye y deja fluir

Por: MPO. Jennifer Amozorrutia
Experta en Cultura y Ambiente Laboral
jamozorrutia1@gmail.com

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Recuerdas alguna ocasión en la que disfrutaste tanto una actividad que el tiempo simplemente “voló”. Muchas veces llega a nosotros esa gran oportunidad que nos brinda satisfacción por el puro hecho de trabajarla, así que cuando llega un resultado positivo, ya no sabemos qué gozamos más, ¡si el proceso o el resultado!

A este estado se le llama “Flow”. Una vivencia que la mayoría de nosotros ha sentido ya sea en el trabajo, la escuela o con algún hobbie y que tanto desearíamos experimentar en nuestra vida laboral.

La sensación de fluir

El concepto de Flow proviene de la teoría de la experiencia óptima con bases en la psicología positiva, desarrollada por el doctor en psicología Mihaly Csikszentmihalyi en 1975.

El Flow es un estado dinámico en el cual se disfruta de tal manera la actividad que se está realizando que se experimenta una inmersión profunda y se pierde la noción del tiempo. Al grado de que la actividad se realiza mayormente por el gozo de ejecutarla y no tanto por la recompensa o la motivación externa.

Para que se dé el Flow debe haber una alineación o match entre las competencias del individuo y el reto o desafío de la actividad o de la tarea. Difícilmente se podrá llegar a un estado de Flow si una persona no sabe cómo ejecutarlo o si la meta la percibe como inalcanzable.

Como ejemplo de Flow está aquel emprendedor que se compromete y se emociona tanto con su idea que invierte horas de su tiempo en ella. O aquel colaborador que trabaja con entusiasmo en ese proyecto y quisiera que el día tuviera 30 horas en lugar de 24. En todas las profesiones y en todas las etapas de la vida puedes sentir esa sensación de fluir.

Fluir para nutrir

El Flow va más allá de infundir diversión en el trabajo. Además de ser un importante precursor de estados positivos, nutre a las personas y a las organizaciones con múltiples beneficios como el mejoramiento de la autoestima, contribuye al crecimiento personal y profesional, aumenta el sentido de logro y autoeficacia, fortalece la autonomía y genera un mayor rendimiento y engagement.

Deja que los colaboradores fluyan

Te invito a que tú, como líder o como profesional de Recursos Humanos, fomentes estados de Flow en los colaboradores o miembros de tu equipo. A continuación, algunas estrategias para propiciarlo:

  • Sé claro y realista. El Flow no sucede instantáneamente. Es muy importante contar con claridad en las tareas y que los objetivos que se planteen no solamente sean comprensibles, sino realistas.
  • Asegúrate de que la persona esté en el puesto correcto, de acuerdo con sus habilidades. De esta manera fomentarás esa motivación intrínseca que hará florecer su talento.
  • Empodera y fomenta el trabajo por objetivos. Dile no al micromanaging y confía en que, si la persona cuenta con la suficiente confianza y autonomía, así como con objetivos claros, medibles, alcanzables y relevantes, sentirá tal seguridad que su impulso no tendrá límites.
  • La persona no alcanzará un nivel óptimo de impulso y autonomía, si no cuenta con información de sus fortalezas y áreas de oportunidad conforme avanza en el cumplimiento de la meta.
  • Apoya e inspira. Siembra en las personas la semilla de la pasión por el trabajo y por la organización. Contagia a tus colaboradores de ese orgullo que enciende la chispa del Flow.

Fluye y deja fluir a tus colaboradores. Regálate y regala la oportunidad de experimentar el Flow, dejar volar el tiempo mientras prospera su potencial.