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Futuro acelerado

Por: MBA. Horacio Marchand Flores
Fundador de Hipermarketing.com, el portal más grande de mercadotecnia en Iberoamérica
@HoracioMarchand

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Y nos cayó el futuro. De sopetón. Todo nuestro mundo se movió a una pantalla. Desde la pantalla se establece la interacción personal, íntima, familiar, social, comercial, de trabajo, educacional, y síguele. Pero esto aún no es nada con lo que la inteligencia artificial y la realidad virtual aumentada nos traerán.

Con todo y la tecnología, el encierro no ha sido fácil. Pero imaginemos que esto hubiese sucedido en el año 2000: sin Facebook ni Zoom ni Netflix ni Roku ni Spotify ni iTunes ni Whatsapp ni Facetime ni Meet ni Uber ni Rappi ni Didi ni Corner Shop, ni nada de nada. Amazon estaría vendiendo libros.

Esto fue tan sólo hace 20 años; por lo que se antoja especular lo que pasará en los siguientes 20 y, soltando la imaginación, en los próximos 100.

A continuación, un escenario futurista.

Las pantallas de los diferentes dispositivos que ahora dominan nuestra vida serán desplazadas, primero, por lentes de realidad virtual; luego por hologramas y después por trajes completos que orquesten la activación de los cinco sentidos. Le seguirá la posibilidad de crear simulaciones tridimensionales y diseñar narrativas.

Eventualmente, la neurociencia, haciendo equipo con la biotecnología, tendrá la capacidad de estimular directamente partes del cerebro y ofrecerá la posibilidad de "insertar" experiencias o habilidades.

A su vez, el ser humano le dará "vida" a robots antropomórficos cargados con inteligencia artificial. Los mundos de: Asimov, con I Robot y Foundation; de Rodenberry, con Star Trek; de Crichton, con Westworld; de los Wachowski, con Matrix, emergerán de manera natural como lo hicieron los mundos imaginados por Julio Verne y Da Vinci.

Estos humanoides caminarán por las calles, trabajarán en las fábricas y en la agricultura; darán servicio en bancos, restaurantes y gasolineras. Naturalmente, serán inmunes a los virus. La economía funcionará como una gran máquina, eficiente, 24 horas, soportada por sofisticados algoritmos.

Nosotros, los humanos, estaremos ocupados en afanes más creativos y trascendentales. Estaremos invertidos en diseño, programación, creación artística, investigación y desarrollo humano.

Aprenderemos sobre Teoría de Sistemas, para pensar holísticamente y no de manera fraccionada y reduccionista. Dejaremos atrás el pensamiento concreto, la falta de abstracción, la incapacidad de ver al iceberg completo. Entenderemos las consecuencias de nuestros actos, a través del tiempo. Esto nos hará más acertados en nuestras decisiones.

Aprenderemos sobre Psicología, que pareciera que es la más importante de las fronteras. Dejaremos atrás los sesgos del pensamiento, los complejos, la discapacidad emocional y la fuerza destructiva de un ego inflado. Esto nos hará más objetivos en nuestras decisiones.

Aprenderemos de Humanidades, ya que, finalmente, es lo único que realmente tenemos. Las artes, los procesos creativos, y particularmente el procesamiento integral del vacío existencial y la esperanza de la trascendencia, serán mainstream. Esto nos hará más humanos en nuestras decisiones.

Regresaremos en masa a las prácticas orientales, espirituales, chamánicas, ritualísticas y de todo aquello que nos conecte a nuestros orígenes. Las religiones predominantes se fusionarán y se fraccionarán, simultáneamente, para adaptarse a los tiempos.

Ya para cerrar, hay que decir que 20 años no son nada. El reto es que, ante el cambio vertiginoso, los humanos nos adaptemos y desdoblemos nuestra mejor parte.

Por lo pronto, hay que librar el reto presente con solidaridad, empatía, disciplina, resolución, liderazgo y valentía. Los desafíos nunca terminan.

Quizás sea hora de tener una bandera del planeta Tierra que ondee en todos los rincones y que se le cante un himno global.