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Game Over: La Economía del Cambio Climático

Por: DA. Javier Rueda Castrillón
Analista económico en diferentes medios; autor de artículos sobre política y economía
jruedac@me.com

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Empecemos la aventura, una historia cálida, por lo menos un par de grados más de la temperatura a la que estamos acostumbrados, lo suficientemente caliente como para dimensionar un nuevo orden mundial. Esta historia es caliente, no erótica, simplemente pasada de grados... Este artículo se convierte en una historia atemporal, válida para el presente y desgraciadamente con posible vigencia para el futuro, si lo hay, ante los rápidos y esperadísimos cambios en las corrientes oceánicas, el adiós a ecosistemas, la subida en el nivel del mar y, por si fuera poco, un sin fin de tormentas cada vez más poderosas y de larga duración, sequías, incendios y problemas que harán de este mundo un lugar muy diferente.

La tendencia del calentamiento terrestre ha sido el doble en los últimos 50 años, con un pronóstico de aumento de hasta 4°C para el año 2050, esto se va a poner muy a tono, tan afinado que deberemos ser consecuentes al aumento de enfermedades con tantas plagas, ante la óptima reproducción de insectos, que nos van a picar, picar, picar. ¡Beba, pero beba mucho!, valore el agua ante la futura demanda en un desabastecimiento lógico; esta situación profética, una adivinanza conocida cuándo al terminar “La Gran Apuesta” se vaticinaba la siguiente gran crisis, ¿adivina cuál? La única crisis que posiblemente no tenga solución, ¡menudo Apocalipsis!

Las estaciones se han recortado de tal manera que la moda pasa de la T-shirt del momento al abrigo para la ocasión, una moda ajena a la fusión del hielo glaciar y el aumento de agua en mares y océanos. Aumentar 20 metros de aquí al año 2100  va más allá de usar lo más cool para la ocasión, este peligro cambiará la geografía de los Países Bajos, Calcuta, Bangladesh, Beijing, Shangai... Miami Beach y la Bahía de San Francisco deberán cambiar de imagen por lo menos en sus souvenirs y ya no serán lo mismo, definitivamente con todo este panorama se pierde el encanto. ¡Venecia! cómo olvidar la ciudad de las aguas, más de ciento cincuenta canales dispuestos a convertirse en una singular autopista. ¡Se lo dije! sobre aviso no hay engaño, se pierde el encanto.

El mar Caribe siempre ha sido un espacio idílico para cualquier situación, en esta visión futurista, tal y como van las cosas, o las aguas, el nivel del mar subirá en los próximos treinta años, una situación caótica para el preciado líquido subterráneo utilizado para el abastecimiento de agua dulce. Como usted comprenderá, el aumento de temperatura y la escasez de agua contribuirá a la dificultad de cultivo y reducirá su productividad; la escasez de alimentos nos obligará a contar con una capacidad de adaptación sin precedente en la vida moderna, este panorama se nos viene encima con un “come frutas y verduras” no tan perdurable.

La nueva economía de la migración viene con este cambio climático progresivo, situándolo como el primer motivo nómada en el planeta; esta subida de temperatura mueve masas y lo hace de manera medible, con registros record de más de cuarenta millones de personas transitando en el 2011 y vaticinando cantidades mayores en los próximos años (mil millones para el 2050), un abandono sistémico que modificará los estándares de la economía mundial.

Seamos serios, no es para menos, el éxodo climático se pone a merced de cualquier país, cultura, religión o clase social, provocando una salida obligada para buscar una papa que cada vez está más caliente, una complejidad dónde cada quién tiene sus derechos, como los que también deberíamos conceder al espacio dónde vivimos, la Tierra.

Tras este apocalíptico escenario, considerar el término “migrante climático” no obedece a la pobreza, la miseria, la política o el hambre, representando una nueva razón social acompañada de un viaje lleno de sorpresas, de un cambio residencial obligado por la condición climática, una situación que altera todo lo que a su alrededor acontece. La situación de hacer maletas y buscar tierra fértil es una realidad agónica que empieza a cambiar radicalmente la geopolítica mundial, las prioridades en la existencia y conlleva una adaptación a nuevas culturas.

The Red Hot Chilli Peppers y su Californication representarían musicalmente la realidad de aquel pasado climático vivido como el Dust Bowl de los años 30, tormentas infernales de polvo, aunadas a la fuerte erosión eólica del suelo, obligaron a muchos campesinos de las Grandes Llanuras a desplazarse a lo que Hollywood convirtió en una opción más de vida. Los Ángeles, San Francisco, San Diego, Berkeley, Pasadena, Long Beach... aquello que formó parte de México hasta 1846, es a la fecha un representativo foco económico en constante evolución, aprovechando la capacidad de adaptación y siguiendo  el instinto de supervivencia de generación en generación.

Pasemos más a fondo al tema económico, matiz por el que se puede entender el movimiento total de todas las bases productivas, estimando una inversión equivalente al 1% del PIB mundial para poder mitigar los efectos del cambio climático, o en caso contrario, ante la negatividad de consenso internacional entre las cúpulas más poderosas, la aceptación en el mercado mundial con una recesión que podría alcanzar el 20% del PIB global. Como puede usted apreciar, ante estas cifras, Game Over cobra sentido y el poco optimismo de colaboración mundial abre las puertas al tórrido y cansino clima.

Los costos a pagar por el impacto climático, teniendo en cuenta la economía, la vida humana y el medio ambiente como los tres pilares en los que se sustenta este proceso, obligan a la invención y uso de diferentes tecnologías y estrategias para reducir las emisiones de gases invernadero. Poder producir a gran escala y establecer protocolos de protección para el planeta representa el gran reto. La tecnología juega un papel trascendental en esta historia, desde la perspectiva productora y consumidora: ¿quiere tener futuro económico? dedíquese en cuerpo y alma a ser un proveedor de tecnología, abriendo nuevos espacios de consumo y entrando de manera elegante al primer mundo.

Desde la Revolución Industrial, es lógico ver cómo el aumento en las emisiones de CO2 que arrojamos a la atmósfera rompe records mes a mes, en un mundo donde todo es medible, es patético y descarado ver los lideres en la producción vs destrucción. Los países europeos son responsables del 25% de la emisión de gases invernadero, USA colabora con un abominable 7%,  Japón un 6%... China no se queda atrás, capaz de contaminar tanto como Estados Unidos, India, Rusia y Japón juntos, la hacen posicionarse en el honroso número uno global.

En economía es necesario entender el número, compararlo, cuestionarlo... eso nos acerca a una verdad en la que China, que son mis consentidos por razones que algún día podré explicar, son estadísticamente el país que más contamina, pero también el de una mayor población. Una población superior a los mil quinientos millones de habitantes es razonable que sean los número uno del deterioro. Dato interesante para China, a pesar de ser el país más contaminante, emite menos de la mitad de CO2 por persona que Estados Unidos... Mirando el otro lado del planeta sorprende ver a países como Qatar o Kuwait, líderes en emisiones, que usan a nuestro planeta como un baúl sin fondo.

El tiempo no es oro, el oro no vale nada, ¡el tiempo es vida! Qué manera más fascinante de adentrarnos en un tema que tiene los días contados, tan contados como las gotas de agua que consolidan el deshielo. Rusia vivirá el momento y con ello la posibilidad de nuevas tierras, grandes cosechas, espacios llenos de vida y oportunidades para reposicionarse ante los que nunca pudieron revertir la situación, el Kremlin moscovita está de regreso, ¿llegará para quedarse?

El cambio climático afecta cada día más a la economía mundial, en esta rutina llena de bites, kilobites y quién sabe qué tanto, la solución es tan sencilla como hacer una copia de seguridad del planeta, por si el experimento cambiante sale mal... estamos empeñados en conocer, entender y no hacer nada, Game Over es el granito de arena a la concientización, al aporte económico de la migración y, por supuesto, al cambio necesario para poder tener un mejor mañana.