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La retroflexión de Trump

Por: MBA. Horacio Marchand Flores
Fundador de Hipermarketing.com, el portal más grande de mercadotecnia en Iberoamérica
@HoracioMarchand

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La Retroflexión, de la psicología Gestalt, establece que cualquier organismo o entidad, ante su frustración o incapacidad para resolverse/sortearse exitosamente frente a su entorno, activa un proceso donde la energía psíquica se vierte en su contra. El ejemplo reciente de Donald Trump, sus fanáticos y el asalto al Capitolio pueden ilustrarlo cabalmente.

Tanto en la física como en psicología, la energía no se detiene, ni se disipa ni se "almacena" indefinidamente. Fluye en bellos procesos de transformación, se transporta libremente, emerge en manifestaciones peculiares y frecuentemente imposibles de percibir.

En general, hay dos grandes vertientes o vectores de despliegue de energía: hacia afuera, la extraversión, y hacia dentro, la introversión.

La extraversión. El organismo desde que nace, empieza su camino hacia la extraversión y su condición es una de movimiento. Como un mandato evolutivo, activamente se proyecta hacia su entorno en aras de adaptarse, crecer y multiplicarse.

La introversión. En contraste, en su aspecto saludable, la introversión se aprecia en la retracción para balancear el flujo de energía, por ejemplo: en la meditación, ejercicio, música, poesía y otras.

También hacia dentro, están los retos del desarrollo personal, el asimilar lo abrumador que puede ser la monumentalidad del Cosmos, y de enfrentarnos a nosotros mismos en lo abstracto, lo subjetivo y lo personal. Asimismo, están las dimensiones de incrementar el nivel de nuestra consciencia, la autorrealización y la individuación.

Una tercera vertiente de la introversión es justamente la Retroflexión, que incluso algunos la asocian al desarrollo de condiciones psicosomáticas.

El concepto de la Retroflexión también se aprecia en los negocios. Cuando una empresa deja de ser exitosa y caen sus ventas, márgenes de utilidad y participación de mercado, y sus líderes ya agotaron todo tipo de acciones e ideas, se activa entonces un proceso de enantiodromia (el devenir del opuesto) y sus directivos empiezan a atacarse unos a otros.

Se olvidan temporalmente de lo externo y se vierten contra la entidad misma: cierran almacenes y sucursales, bajan niveles de inventario, reducen gastos de venta y capacitación, regulan conductas internas, la politiquería se exacerba, se linchan chivos expiatorios y caen en la espiral de la autodestrucción.

Y así finalmente, y regresando a Donald Trump, cuando se ve perdido, y ante su fracaso en manejar exitosamente su energía hacia afuera, se activa el proceso de la Retroflexión y es tomado, sin remedio: la energía ahora fluye hacia dentro y la implosión es inminente.

En lugar de cuidar su legado y su mensaje de despedida, activada ya la Retroflexión: lo graban presionando a un oficial electoral en Georgia, para que "le encuentre más votos"; ataca públicamente a su VP Pence por "no hacer lo suficiente" para que se reelija; instiga a sus fanáticos para que vayan a protestar al Capitolio, les dice que "son muy especiales", y dejan un saldo de 4 muertos y docenas de heridos y detenidos; postea furiosamente imprecisiones por lo que es bloqueado por Facebook, Instagram, YouTube y Twitter; varios oficiales de su Gabinete renuncian en protesta y finalmente, hasta ahora que escribo esto, se acumulan las voces, entre ellas la de Pelosi, para declararlo incompetente y removerlo de su puesto.

Casi como la inmolación del impotente, como una presa desbordada, el llamado "leader of the free world" se autodestruye en un espectáculo digno de una tragedia griega.

Las instituciones en EUA son sólidas y el incidente Trump pasará eventualmente a la historia. Sin embargo, otros países menos robustos estarán expuestos a que, en un proceso de ceguera personal y de Retroflexión de su líder en turno, se lleven de encuentro al país entero.