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SALUD

Las mujeres y la salud en el trabajo

Por: MSP. María Jocelyn Bravo Ruvalcaba
Médica egresada de la UASLP; maestra en Salud Pública por la Escuela de Salud Pública de México, del INSP
@Ma_joshyta

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“Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa”.

Simone de Beauvoir

Hablar del papel que ha jugado el trabajo en la vida de las mujeres, podría abordarse desde varios puntos de vista; sin embargo, para fines de estas líneas, nos enfocaremos en el de la salud. Respecto a la frase inicial, quisiera retomarla para señalar dos antecedentes importantes que centran esta reflexión. El primero es el de poner en contexto que si bien a lo largo de la historia las mujeres siempre han trabajado, no es sino hasta el siglo XIX con la Revolución Industrial, que el trabajo no remunerado de las mujeres, como las labores domésticas, en el campo o de elaboración de artesanías, cambió del hogar a la fábrica, tecnificándose, haciéndolas acreedoras a un salario, y cuestionando su papel económico, social y político. Pero, este cambio de labores ¿fue para bien de las mujeres o empeoró su situación?, sigue siendo objeto de discusión, lo cierto es que el cambio modificó sus patrones de enfermedad (Scott, 1993 y Ramos, 2000). El segundo antecedente es que, a partir del movimiento feminista, se habla de la perspectiva de género, la cual en salud se considera un determinante social de la misma, y el incorporarla en nuestro quehacer en la salud pública, nos ayuda a entender cómo los roles, las normas, las actividades y las relaciones de género, pueden actuar como factores de protección o de riesgo para las mujeres y los hombres (Organización Panamericana de la Salud).

En nuestro país, según datos de INEGI, las mujeres son más de la mitad (51.4%) de la población total; alrededor de dos terceras partes tienen entre 15 y 59 años, es decir, se encuentra en edad productiva; las principales causas de muerte son enfermedades del sistema circulatorio, seguidas de las endócrinas, nutricionales, metabólicas y en tercer lugar los tumores. Referente al empleo, con cifras de 2016, 20.8 millones de mujeres mayores de 15 años forman parte de la población económicamente activa, suman 19.9 millones las ocupadas, de las cuales, 8 de cada 10 mujeres lo están en el sector terciario de la economía (comerciantes, servicios diversos, sociales y de alojamiento), 17.1% empleadas en el sector secundario (industrial) y solo el 3.8% en el primario (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca). Dos de cada tres mujeres en México ocupadas, son subordinadas y remuneradas, poco más de una tercera parte (37.7%) no cuentan con acceso a servicios de salud, el 33.8% no cuenta con prestaciones laborales y un 37.1% cumple jornadas semanales de entre 40 y 48 horas (INEGI, 2017). Incorporando la perspectiva de género en la salud laboral de las mujeres, es importante considerar un aspecto social que es frecuente encontrar, las mujeres tienen ahora una doble carga de trabajo, porque aun cuando salieron del hogar, en muchos de ellos siguen siendo responsables también de los quehaceres domésticos. Dentro de las principales afecciones a la salud en las mujeres trabajadoras, destacan los problemas musculoesqueléticos, de salud mental como secundarios al estrés, acoso y discriminación laboral (Messing y Stellman, 2006).

Aún con a los avances en políticas para eliminar las desigualdades entre hombres y mujeres en el trabajo, éstas persisten, al subestimar los riesgos laborales a los que están expuestas las mujeres, al no considerar sus diferencias biológicas, roles sociales, riesgos a los que están expuestas y su opinión en el diseño, implementación y evaluación de sus necesidades en salud. Hay que recordar que la enfermedad no solo afecta a una persona, impacta a toda una familia, sociedad e incluso un país, de ahí la importancia y responsabilidad que tienen las empresas para con sus trabajadoras, su principal y más valioso capital, de tal forma que invertir en su salud, beneficiará, sí, la productividad de la misma, pero también repercutirá en el desarrollo de toda una nación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). Estadística a propósito del día internacional de la mujer. Datos Nacionales. Disponible en:

http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2017/mujer2017_Nal.pdf

Messing y Stellman (2006). Sex, gender and women's occupational health: the importance of considering mechanism. Environ Res.

Organización Panamericana de la Salud. Género y Salud. Una guía práctica para la incorporación de la perspectiva de género en salud. OPS. Disponible en: http://www.paho.org/hq/dmdocuments/2010/manualFinal.pdf?ua=1

Ramos Escandón, Carmen. “La diferenciación de género en el trabajo textil mexicano en la época colonial”. Boletín americanista Disponible en: http://www.raco.cat/index.php/BoletinAmericanista/article/view/98955/164498

ScottJ. (1993)La mujer trabajadora en el siglo XIX”. En Duby, Georges y Perrot, Michelle (eds.): Historia de las mujeres. El siglo XIX, Madrid, Taurus.