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¿Realmente eres imparcial?

Por: Dafne Miranda
Especialista en Capacitación Empresarial, DE&I y Desarrollo Humano

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La verdadera pregunta es: ¿quién es el favorito dentro de tu equipo de trabajo? Por naturaleza los seres humanos tendemos a seleccionar o seleccionarnos por las afinidades que encontramos con los otros, en un acto inconsciente donde gobierna el sistema primitivo de nuestro cerebro, que busca mantener la placentera sensación de neuroquímicos que se producen cuando nos encontramos cerca de alguien con quien disfrutamos de su compañía.

La imparcialidad es la ausencia de inclinación en favor o en contra de una persona o situación al juzgar o actuar sobre un asunto. Es un comportamiento esperado en los líderes que dirigen organizaciones y equipos, de hecho, es considerado uno de los más altos valores, sobre todo en los mejores lugares para trabajar. Lo opuesto: el favoritismo, las promociones por “dedocracia” merman la confianza de los colaboradores hacia sus líderes y viceversa. Además, detona la incertidumbre sobre qué esperar de la organización como consecuencia de las acciones de cada individuo. La imparcialidad es básica en la confianza y en el modelo de Great Place to Work® se diferencia por tres componentes: equidad, justicia y ausencia de favoritismo, este último es el que me interesa presentarte, para inspirar un liderazgo más efectivo y humano.

Puedes detectar que estás incurriendo en actos de favoritismo cuando brindas privilegios especiales a colegas en diversos aspectos laborales, por ejemplo, en las áreas de reclutamiento, selección, plan de carrera y decisiones personales. Controlar el fenómeno de favoritismo, especialmente en culturas que asignan un alto valor a las relaciones interpersonales, como amigos o conocidos, suele ser difícil y desgastante.

Las mediciones realizadas anualmente por Great Place to Work® México demuestran que el favoritismo es un factor crítico en las organizaciones, ya que reflejan el grado de percepción que pueden tener los colaboradores acerca de toda la organización o de su líder directo. En la encuesta Trust Index® se encuentran dos preguntas clave para observar el comportamiento de favoritismo en el lugar de trabajo. En el estudio más reciente se encontró que: el 73% considera que los ascensos se dan a quienes más los merecen y 69% creen que los jefes evitan tener empleados favoritos. Si estos resultados ocurren en Los Mejores Lugares para Trabajar de México, ¿puedes imaginar qué resultados obtendría tu organización?

Las principales situaciones asociadas a la existencia de favoritismo son:

  • Reglas poco claras e inequitativas.
  • Se favorece dependiendo del nivel de relaciones interpersonales.
  • Tendencia a beneficiar sobre sueldos, horarios o permisos especiales.
  • El apoyo a la gente que se sabe “no les van a fallar”.
  • Preferencias por ciertas áreas estratégicas para el negocio.
  • Preferencias por candidatos externos, familiares o amigos.

Para mitigar el favoritismo es posible que los líderes realicen acciones comunes, pero frecuentemente olvidadas.

  • Realizar procesos de reclutamiento y selección de personal abiertos y transparentes, una solución puede ser el job posting para que todos lo conozcan y se tengan postulaciones desde el interior.
  • Comunicar a todos los colaboradores políticas, procesos, programas e iniciativas cuidando que sean transparentes y entendibles.
  • Integrar sistemas de evaluación de desempeño objetivos, con métricas cuantitativas y cualitativas que avalen el trabajo de cada colaborador.
  • Que recursos humanos se encargue de gestionar sistemas de compensaciones elaborados de manera justa, clara, y que mantenga informados a los colaboradores al respecto.
  • Instaurar canales de apelación a los cuales puedan acudir los colaboradores abriendo la oportunidad de tener un trato justo, y de velar por la justicia en la organización.

Todo esto puede generar un impacto positivo en la imparcialidad, sin embargo, en los líderes recae la mayor responsabilidad de bajar los índices de favoritismo. De ellos se esperan comportamientos que demuestren de manera consistente la congruencia, ética e imparcialidad. Que tengan capacidad de hacer respetar los procesos y normas establecidos en la organización, y la habilidad para desarrollar el talento de sus equipos de trabajo.