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Salud menstrual

Por: MSP. María Jocelyn Bravo Ruvalcaba
Médica egresada de la UASLP; maestra en Salud Pública por la Escuela de Salud Pública de México, del INSP
@Ma_joshyta

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"Como la luna y como la tierra, yo también soy cíclica".

 Eliane Mancera

La menstruación es una fase natural del ciclo menstrual, proceso hormonal en mujeres en donde se tiene una pérdida de sangre a través de la vagina debido a la descamación del endometrio (capa de células que recubre la parte interna del útero que, en condiciones regulares, de forma mensual se engrosa para nutrir al embrión en caso de una posible fecundación, es decir, un embarazo).

Por lo general, se espera que una mujer, entre la pubertad y la menopausia, presente ciclos menstruales regulares que oscilan entre 21 y 45 días, en promedio 28 días, de ahí que en ocasiones se denomine “regla” o “ciclo de la luna”, entre otros múltiples eufemismos debido al tabú que desde tiempos antiguos se tiene de la menstruación, la cual no fue entendida como un proceso natural fisiológico hasta el siglo XIX. Y es que, desde la antigüedad, ha sido considerada como una situación de vergüenza, superstición e incluso impureza por algunas religiones, estigmatizándola como algo negativo y que debería ocultarse, perdurando incluso estas percepciones y concepciones hasta nuestros días.

Desafortunadamente, considerar la menstruación como un tema restringido a un ámbito personal perpetua riesgos en la salud física y mental en las mujeres, que tienen un impacto social y económico, los cuales no se vislumbran por el estigma. Algunos ejemplos de ello son la falta de políticas públicas en higiene menstrual que atentan contra la dignidad de las mujeres al no contar con servicios básicos de saneamiento como agua potable, drenaje o insumos de higiene personal; las oportunidades perdidas por el ausentismo y la falta de permisos escolares y/o laborales por dismenorrea (menstruación dolorosa); el abuso de niñas y adolescentes por considerar que están aptas para un embarazo y, por ende, para el matrimonio y en riesgo de abuso sexual; y, en casos extremos, hasta relegación o maltrato por considerar a las mujeres impuras, sucias o inmorales.

Es una realidad que esta problemática no es exclusiva de países en vías de desarrollo y por ello proponen el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) “poner fin a la vergüenza”, a través del empoderamiento de las mujeres para hablar sobre sus derechos humanos, su dignidad y, en este caso, sus necesidades en salud. Algunas de las propuestas de acción para el ámbito político, laboral y social son:

  • Generar conciencia en la población para conocer y hablar de la menstruación como proceso biológico y con implicaciones psicosociales.
  • Desarrollar y apoyar iniciativas para modificar normas y prácticas culturales perjudiciales que estigmatizan la menstruación y, por ende, a mujeres y niñas, desmitificando algunas ideas como que “la menstruación limita la capacidad de las mujeres”, “las mujeres verdaderas menstrúan”, “todas las mujeres tienen mal humor cuando menstrúan”, “la menstruación indica preparación para el matrimonio y el sexo”, entre otras dudas que se pueden consultar en:

https://www.unfpa.org/es/menstruaci%c3%b3n-preguntas-frecuentes

  • Abordar temas sobre el acceso y disponibilidad de materiales para el manejo menstrual adecuados, aceptables y asequibles.
  • Reconocer la importancia sobre el acceso a servicios, infraestructura e insumos apropiados que permitan a mujeres y niñas hacer un correcto manejo de su higiene menstrual, ya sea en la escuela, en lugares de trabajo o la comunidad.

De forma individual también podemos tomar cartas en el asunto como:

  1. Informarse sobre el ciclo hormonal y la menstruación con profesionales de salud, conocer nuestro cuerpo, saber de los cambios hormonales y físicos que se presentarán a lo largo de la vida, haciendo el seguimiento del periodo menstrual, duración, cantidad de flujo y síntomas, actualmente existen muchas aplicaciones gratuitas para celular.
  2. Acudir de forma regular a consulta con personal de ginecología, quien puede orientar en los tratamientos para atender ciclos menstruales dolorosos u otros síntomas, e incluso descartar enfermedades que pudieran estar ocasionando dismenorrea.
  3. Realizar actividad física con frecuencia y tratar de tener un peso saludable, tener una alimentación equilibrada, mantenerse hidratada, evitar fumar y tomar alcohol; disminuir la ingesta de sal, azúcar, cafeína y productos procesados.
  4. No tener miedo a hablar de menstruación y a informarse para tener mejores experiencias con su cuerpo y sexualidad.