STRATEGIAS
Es lunes por la mañana. Suena tu despertador. Tu cuerpo te pide unos minutos más de descanso, pero recuerdas que tienes una videoconferencia a las 9 a. m. Sabes que dormir otros cinco minutos no es una opción. En ese instante tu mente te recuerda a tus compañeros, hoy les toca trabajar en equipo para avanzar en el proyecto; por la tarde es la revisión trimestral con tu jefe directo, hablarán de los avances y las metas a cumplir en lo que resta de este año.
La descripción anterior puede representar un día lleno de emoción y felicidad para algunos, pero para otros describe el infierno que viven cada semana. ¿De qué depende que las personas odien o disfruten sus lugares de trabajo?
Muchos pensarían que la respuesta es el dinero. Claro, es la razón número uno por la que trabajamos. Pero eso es sólo el principio. Es sencillo, si la persona recibe menos dinero del necesario, es cuestión de tiempo para que abandone la compañía. Por eso la remuneración justa es indispensable. Lo mismo sucede cuando recibe una oferta laboral que duplica o aumenta considerablemente los ingresos, en ese caso no hay mucho que hacer para retenerla. Reitero, el dinero es y será la principal razón para trabajar. De lo contrario, sería un pasatiempo.
Pero también es cierto que todo el dinero del mundo no puede comprar la felicidad. Puedes tener personal bien remunerado, pero que trabaja bajo las órdenes de un jefe inepto y autoritario, que lo humilla y mata la motivación. En ese caso, tendrás un grupo de empleados con un pie en la empresa y el otro dentro de las bolsas de trabajo, enviando currículos todo el día, ansiosos por encontrar una opción que les ofrezca estabilidad económica para salir corriendo. ¿Cuántas de las personas de tu organización se cambiarían, si les ofrecieran el mismo pago y las mismas prestaciones que tienen contigo? Ahí es donde se nota el verdadero liderazgo.
El líder es el primer encargado de crear un entorno de trabajo positivo. Un lugar donde las personas se sientan realizadas y valoradas. Esto se logra cuando se generan vínculos de confianza, respeto, colaboración, apoyo y realización entre todos los miembros del equipo. De tal forma que cuando tengan otra oportunidad con condiciones parecidas a las actuales, elijan quedarse a su lado.
Las personas permanecen cuando han encontrado un verdadero líder, compañeros con los que ha construido una amistad, están en una empresa que los valora, un proyecto que les otorga satisfacción y crecimiento. A eso le llamamos un entorno positivo de trabajo. Además de lo anterior, también brinda el espacio adecuado para desempeñarse, distribuye las cargas laborales de una forma alcanzable, brinda las herramientas necesarias para llevar a cabo sus funciones y ofrece un plan de desarrollo profesional.
Vamos a resumir en este breve check list las características de un entorno positivo, para que puedas evaluar los puntos que ya se están cumpliendo en tu empresa y los que falta reforzar:
Tener un entorno positivo de trabajo mejora la productividad, el nivel de pertenencia de los empleados y el crecimiento sostenido de la organización.
