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Vehículos eléctricos y su impacto en el mercado

Por: IQ. David Daniel Andrade
Ingeniero químico; líder del Área de Investigación y Desarrollo de Componentes, en la industria automotriz
daviddaniel.andrade@outlook.com

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Definitivamente, desde el lanzamiento del primer vehículo construido en serie por Henry Ford en 1906, el área automotriz se ha convertido en uno de los pilares de la economía moderna, fomentando no sólo un medio de transporte, sino una fuente de sustento para cientos de millones de familias en todo el mundo. Tan sólo en México, desde los últimos 20 años, ha aportado con más de 40,000 millones de dólares de inversión extranjera directa, permitiendo que desde el año 2014 se posicione al país como el mayor productor de autos en toda Latinoamérica.

Para dimensionar el aporte que tiene este sector, podemos decir que de todos los ingresos que provienen de los productos de manufactura que exportamos al extranjero, 1/3 corresponde al mismo. Por esta razón es lógico decir que cualquier movimiento que sufra dicho mercado tiene una repercusión directa y de alta relevancia en nuestras proyecciones financieras.

Si bien este mercado sufre altas y bajas cada cierto tiempo, actualmente está enfrentando uno de los cambios más grandes de las últimas décadas.

Gracias a la ideología generacional, orientada a la concientización y al cuidado del medio ambiente, así como el crecimiento de la competencia por marcas emergentes de automóviles eléctricos como Tesla y sus modelos “S”, “3”, “X” o “Y” y otras más nuevas como Lucid Motors, con el lanzamiento de su primer auto en la versión “Air”, o Rivian, con sus camionetas electrónicas “R1T” y “R1S”; las grandes ensambladoras se han visto forzadas a reconsiderar cada vez más la dirección y la estrategia de sus productos, impulsando la producción y el uso de los vehículos híbridos o eléctricos.

Las empresas siguen compitiendo por ganar terreno en el mercado, ya sea apuntando al área de productos “premium”, con marcas como Porsche y su nuevo modelo Taycan, el cual amenaza fuertemente la gama “S” de Tesla, tanto en rendimiento como en lujo. Así como VW y Volvo, que ofrecen productos más accesibles, de alta calidad, y proyectan una producción que supera el millón de unidades para los próximos 3 o 4 años.

Se estima que para el año 2040 más del 50% de los vehículos que se vendan serán impulsados por batería. Abriendo de este modo la brecha para nuevas versiones de productos y oportunidades en el mercado.

Si bien estas son buenas noticias, también existe cierto grado de incertidumbre para algunas ensambladoras, como Mercedes Benz, que contempla una posible reducción de “robustez” de su compañía durante la transición a esta gama de vehículos. Y aún más para otras empresas menores para las cuales su principal enfoque de producción son partes que se utilizan para el motor, los radiadores o el clutch, por mencionar algunas. Aunque los principales proveedores de piezas puedan adaptarse, es probable que medianas y pequeñas empresas sufran un golpe severo y no sean capaces de seguir el ritmo.

Es un hecho que esta evolución trae consigo más aspectos positivos que negativos, sin embargo, nos deja curiosos y a la expectativa de cómo afectará al mercado y a la economía actual del país; no está de más mencionar que su principal base es el suministro del cual hoy en día el mercado busca alejarse.

Por lo pronto, no nos queda más que estar pendientes y esperar que el precio sea lo suficientemente accesible para sumarnos a disfrutar los beneficios que traen los vehículos eléctricos.