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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

¿Y si una ia cuidara a tu bebé? El dilema de la roboética

Por: LI. José Eduardo Carrillo Castillo
Gerente de sistemas e informática STRATEGA Consultores
eduardo.carrillo@strategamagazine.com

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En los primeros días de junio del presente año, hubo un intenso debate en la comunidad tecnológica, enfocada a la inteligencia artificial, para ser específicos en el proyecto de Google LaMDA, una IA que, según medios de comunicación (con muchas ganas de hacer clickbait), había tomado conciencia, incluso, contrató a un abogado para proteger sus derechos, sobran las noticias y artículos sobre este proyecto, pero con él ha resurgido la necesidad de comenzar a plantearnos la ética que hay detrás de crear robots para simular las interacciones humanas, es por ello que el parlamento europeo ha fundado la comisión de expertos en inteligencia artificial, más allá de sólo competir con otros países en la carrera, se reúnen para debatir sobre la ética en el desarrollo de esta tecnología, ¿la preocupación? El uso de la IA como arma de guerra.

El 8 de marzo del 2021 la ONU presentó un reporte en el cual menciona que, por primera vez en la historia de la IA, se ha utilizado un dron con capacidades de autonomía para realizar el ataque denominado “tormenta de la paz”, en Libia, en el 2020; el algoritmo de IA localizó a su objetivo, calculando el ataque y lanzándose sobre él para, después de cometer su ejecución, autodestruirse y no dejar rastro. ¿Qué pasaría si esta tecnología comienza a ser utilizada por dictaduras? Para no irnos tan lejos, actualmente en México los cárteles de la droga comienzan a emplear drones tanto para transportar productos como para lanzar bombas sin exponer a sus sicarios, ¿qué pasará cuando el narco tenga acceso a tecnologías más avanzadas? En el polo opuesto a estos desarrollos existen proyectos como Replika, un chat potenciado con IA que se adapta a su interlocutor para acompañarlo en un momento de crisis, en un mundo con ansiedad y depresión en aumento, la app está siendo un éxito, gracias a que sus usuarios se sienten acompañados y escuchados por “alguien” pese a saber que están hablando con una máquina y no con otro ser humano.

Si se alimentara una IA con todos los datos disponibles sobre maternidad, cuidados adecuados en la infancia, nutrición para niños, ¿estarías dispuesto a dejar a tu hijo o hija al cuidado de una máquina? Antes de responder la pregunta, sugiero que busques el experimento de Harlow, en Google, para que te des una idea sobre la importancia del afecto materno durante la crianza y desarrollo de cualquier infante; después puedes ver la película Ex Machina, de Alex Garland, para entender los peligros de humanizar a las máquinas y así tener un contexto más amplio de cómo una IA pudiera manipularnos.

Sobran los ejemplos de desarrollos de IA en pro y en contra de la humanidad, y es precisamente por ello que el debate sobre la ética cobra fuerza, ya que es un tema que tiene que llegar a las agendas de políticas públicas y día a día parece ser más palpable que en lugar de solucionar los problemas sociales, políticos y económicos que nos tienen en condiciones que deterioran la salud mental, se ha decido “parchar” esos conflictos con ilusiones donde nos podamos conectar a otros mundos y que en lugar de hablar con otras personas, la tendencia parece denotar que se comienza a elegir a las máquinas para sentirse mejor creando una especie de neovicios menos nocivos que las drogas y el alcohol, pero que, al igual que estas últimas, no resuelve de raíz los problemas, ya que te “ayuda” a pasarla mejor y olvidar por un momento la causa. ¿Cuánto autoengaño queremos permitir en la sociedad?

Estos son algunos de los dilemas de la roboética, es verdad que necesitamos seguir avanzando como humanidad, definitivamente estamos cada día más cerca de poder utilizar una IA para encontrar la solución a grandes problemas como el cambio climático o la cura del cáncer, pero sin regulaciones, debates y control sobre el cómo se están llevando a cabo estas tecnologías, pudiéramos dirigirnos a un desastre tal cual lo plantea la paradoja de Fermi, en ella se argumenta que en el punto máximo de una especie civilizada es tanto su avance tecnológico que termina por autodestruirse en su intento de aspirar a más. Hoy más que nunca se necesita acercarnos a la filosofía y específicamente a una de las ramas más importantes que la representa: la ética, la cual, como lo dijo el filósofo español Fernando Savater, no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor.