
Hemos vivido acontecimientos que han cambiado el mundo que conocíamos. La pandemia de COVID-19 nos ha forzado como humanidad a romper viejas estructuras, modificar la forma de hacer las cosas y transformar nuestra manera de pensar.
El escenario actual se define a través de las características de un entorno VUCA (en el cual todos hemos experimentado lo volátil, lo incierto, lo complejo y lo ambiguo. Como medida de respuesta, muchas personas y organizaciones optan por desarrollar la resiliencia, que se relaciona con la capacidad de adaptarse a situaciones difíciles, superando la adversidad para sobrevivir a estresores externos. Sin embargo, la complejidad vigente nos presenta condiciones sin precedentes e inimaginables que obligan a ir más allá.
El autor Nassim Nicholas Taleb, autor del libro Antifrágil, nos revela una verdad difícil de digerir, pero con un gran aprendizaje: “La dificultad es lo que despierta al genio”. Y vaya que son las dificultades las que nos han enseñado grandes lecciones. Esta es la base del concepto de antifragilidad.
La antifragilidad: el despertar del genio
Para definir este concepto, Taleb describe a la fragilidad como algo que está amenazado por la incertidumbre, el desorden y la aleatoriedad, causando algún tipo de impacto negativo. Más que evitar los hechos, nos invita a estar abiertos a ellos.
Por lo tanto, la antifragilidad significa encontrar los beneficios del desorden y crecer ante la volatilidad e incertidumbre del ambiente y generar aprendizaje. Absorber el caos; va más allá de la resiliencia, ya que no solamente se trata de recuperarse de los estresores y regresar a un estado de normalidad o adaptación.
Despertando la antifragilidad en las organizaciones
En las organizaciones, adoptar el concepto de antifragilidad es clave para prosperar en épocas de cambios constantes y preguntarnos: ¿las acciones que estamos emprendiendo se enfocan solamente para sobreponerse de alguna contingencia? O ¿estamos aprovechando las contingencias para entablar acciones orientadas a crear una cultura de aprendizaje, mejora continua e innovación?
Las compañías que integran la antifragilidad a su estrategia les dan la bienvenida a los constantes cambios, a la incertidumbre del mercado y a la aleatoriedad de eventos para generar aprendizajes a partir de los errores. Buscan retos para reinventarse y mantienen un enfoque receptivo a los eventos no previstos para diseñar diversas soluciones que, de otra forma, no hubieran podido idear.
Algunos ejemplos de acciones organizacionales para integrar este innovador concepto incluyen:
Una de las lecciones más valiosas que nos ha enseñado esta nueva realidad es que lo incierto y lo aleatorio nos han forzado a reinventarnos como personas y organizaciones. Te invito a despertar al genio y estar abiertos a la volatilidad. A reinventarse continuamente y abrir las puertas al aprendizaje.