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STRATEGIAS

Despierta el propósito: poniendo acción al bien común

Por: MPO. Jennifer Amozorrutia
Experta en Cultura y Ambiente Laboral
jamozorrutia1@gmail.com

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Vivimos en una época de cambios constantes. Las estructuras y formas tradicionales han marcado el camino hasta ahora, pero el presente nos invita a ver más allá y a crear un futuro más humano. Hoy, la economía del bien común surge como una alternativa para construir organizaciones que, además de ser exitosas, aporten un impacto positivo en la sociedad y valoren el bienestar de todos.

¿Qué es la economía del bien común y por qué debería importarte?

La economía del bien común se basa en un concepto sencillo, pero poderoso: poner al centro de cada decisión el bienestar de las personas. Esto implica pasar de un enfoque centrado únicamente en ganancias a uno que se apoya en valores como la justicia, la solidaridad y el respeto por la dignidad humana. Este modelo, impulsado por el economista Christian Felber, propone una manera de trabajar en la que cada organización es consciente de su impacto y contribuye al bienestar común.

Imagina el efecto que podrías generar al hacer que tu empresa o equipo trabaje con propósito, mirando más allá de los beneficios individuales y enfocándose en el bienestar de la comunidad. Las organizaciones que adoptan esta visión suelen ver un cambio profundo: sus colaboradores se sienten más motivados y el ambiente de trabajo se transforma, porque cada acción adquiere un sentido más amplio.

Economía con propósito

Imagina un lugar donde cada miembro de tu equipo sepa que su trabajo importa no sólo para la empresa, sino para el mundo. Un lugar en el que el propósito común se convierte en la fuerza que los impulsa cada día. En un momento en el que cada vez más personas buscan significado en su trabajo, una empresa con un propósito claro y humano se convierte en un imán para el talento y en un ejemplo de cómo el trabajo puede ser una fuerza positiva.

¿Quieres empezar? Cómo llevar la economía del bien común a la acción

Si te gustaría llevar estos principios a iniciativas o acciones concretas, aquí tienes algunos pasos prácticos que pueden ayudarte a empezar:

  1. Define un propósito con impacto social. Reflexiona en el propósito de tu organización como algo que va más allá de lo económico, en su misión y propósito, ¿qué puede ir más allá de lo económico y contribuir de manera positiva en la sociedad? Esto puede derivarse en diversos programas desde prácticas de apoyo comunitario o ecológico hasta iniciativas de bienestar que impacten en la vida de las personas.
  2. Crea una cultura de equidad y respeto. Implementa políticas que pongan en acción los valores organizacionales en comportamientos observables, por ejemplo, el respeto y la equidad. Vivir los valores no sólo mejora el clima laboral, sino que ayuda a fortalecer el compromiso, el respeto y la confianza entre los miembros de la organización y la comunidad.
  3. Mide el impacto social de tus acciones. La rentabilidad es importante, pero es igual de importante el impacto de tus decisiones en el confort común. Revisa y/o mide la marca positiva que estás generando, desde el bienestar de tus colaboradores hasta la huella ambiental y social. Esto te dará una perspectiva más completa de lo que tu organización aporta.
  4. Fomenta la participación y el compromiso con el propósito. Facilita que las personas se involucren en actividades que les permitan aportar al bien común. Da oportunidad de tiempo para permitir que cada persona elija cómo contribuir a ese propósito fortalecerá su conexión con la organización y aumentará su motivación y sentido de trascendencia.

Adoptar los principios de la economía del bien común no sólo transforma a una organización, sino también el modo en que todos sus miembros perciben el trabajo y su impacto en el mundo. Con pequeños cambios puedes comenzar a construir un ambiente que inspire, motive y deje una huella positiva en la sociedad. Y, sobre todo, a encender ese sentido de propósito y trascendencia que todos tenemos.