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La proxemia es energía, ¿cómo te afecta?

Por: Gabriela Vargas
Primera asesora de imagen en México; especializada en superación en el trabajo, comunicación, imagen, autoestima y mujer
@gaby_vargas

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Esa noche, una pareja de amigos, mi esposo y yo llegamos a la boda y nos dirigimos hacia las recepcionistas que asignan la mesa.

"¿Sus nombres por favor?", nos preguntó una de ellas mientras revisaba la lista. "Los señores González", respondimos, y ella señaló la mesa cuatro.

"Nosotros somos los Rubio", dijo mi amiga. "Mmm, donde quieran". "¿Cómo, señorita?", preguntó desconcertada. "Sí, solo se asignaron mesas para los invitados especiales", respondió sin un dejo de conciencia sobre el peso de sus palabras.

¿Te imaginas lo que sentimos y el ánimo con el que mis amigos y nosotros estuvimos en la boda? La energía de todos cambió por completo. Este es uno de los temas que estudia la proxemia.

¿Qué es la proxemia?

"Proxemia" es un término acuñado por el antropólogo Edward T. Hall, que señala al tiempo y el espacio como herramientas poderosas de comunicación no verbal. ¿Cómo los manejamos? ¿Cómo es la cercanía entre las personas? Los detalles cotidianos, sin advertirlo, tienen una enorme influencia en la forma en que nos sentimos, relacionamos, percibimos a los demás y somos percibidos.

El principio rector de la proxemia es la energía que todo y todos generamos entorno nuestro. Cualquier pormenor origina información que se percibe a nivel consciente e inconsciente.

El universo energético, en el que se incluyen los planetas y las constelaciones, también abarca lo que nos rodea, como los cuadros, la iluminación, los colores, los materiales, el acomodo de los muebles, los sonidos y demás.

¿Por qué nos afecta?

En el nivel inconsciente recibimos 400 mil millones de bits de información por segundo; el corazón es como una torre de control que la emite y la recibe de forma constante, mediante los campos electromagnéticos de los seres vivos y los animales. Sin embargo, las plantas, las piedras, la luz y todo, en general, también emanan energía.

Es así que el cerebro y el corazón descifran dicha información al igual que un televisor decodifica las señales audiovisuales. Y, como tal, impacta la mente, las emociones, la percepción y la forma de interactuar en cada situación.

Hay lugares como casas, oficinas, paraderos que con solo llegar nos hacen sentir una gran paz y tranquilidad. En cambio, otros nos incomodan; algo en el ambiente, en la decoración o falta de ella, a veces indescifrable, nos perturba al grado de hacernos huir de ahí.

Comúnmente calificamos este fenómeno de buena o mala vibra. De hecho, eso es lo que los antiguos chinos estudiaban con la filosofía del feng shui al construir sus templos, palacios o determinar un sitio sagrado.

¿Para qué sirve la proxemia?

Uno de los muchos aspectos útiles a dicho concepto es el lenguaje que se da en el espacio que media con el otro. Se consideran cuatro las distancias: la distancia íntima, que se refiere a aquella que mantienes con tus hijos, pareja o padres. Es de alrededor de 45 centímetros o menos.

La distancia personal se da entre dos amigos cercanos. Ésta es de 45 cms. a 1.25 metros.

La distancia social es la que se conserva en una relación laboral y entre jefes y subordinados. Es de 1.25 a 3.5 metros.

La distancia pública, en sitios con desconocidos, óptimamente es de 3.5 a 7 metros.

Cuando intentes conversar con un adolescente, por ejemplo, la cercanía física y la posición afectará su disposición a hacerlo y la fluencia de la plática.

Una buena forma de lograr la comunicación es cuando los dos ven hacia el frente, como al ir sentados en el auto como conductor y pasajero, o bien, al caminar juntos mientras platican. Recuerda, todo comunica, todo habla.