ESTILO Y VIDA
Empezamos el año con todas las ganas, la energía y los propósitos para lograr, pero cuántos años llevamos haciendo lo mismo y al final no concluimos esa lista que hacemos en estos primeros días.
Pero ¿qué pasa cuando no logras cumplirla? Para el cerebro es muy importante cuando tienes logros, genera señales de éxito o de fracaso con el fin de conseguir un estado emocional específico, ya sea de recompensa o de castigo.
Entonces, cabe resaltar que todo lo que se repite se hace un hábito, sería bueno estar muy conscientes de qué tan habituado tenemos a nuestro cerebro para el incumplimiento y los castigos que conlleva.
Para poder romper con este hábito debemos seguir ciertas pautas y una de ellas es darle al cerebro la instrucción correcta y específica, de acuerdo a las definiciones que conoce y tiene registradas.
Empecemos con definir las palabras, un propósito es la determinación de hacer algo, creo que la definición no alcanza para lograrlo, porque hay muchos factores en juego para tener determinación, como la motivación y los estímulos externos.
Una meta es un fin al cuál dirigimos las acciones, esta definición ayuda mucho más a que el cerebro pueda generar el estado emocional de recompensa al ser alcanzada, pero al llegar y no tener más metas, puede ser todo lo contrario, que lo tome como fracaso.
Una meta para ser exitosa debe estar bien definida, planeada y organizada; por lo general es a largo plazo. Un objetivo es algo a cumplir en un corto tiempo. Pueden ser pasos para lograr una meta, por ejemplo, tener una buena figura a fin de año, los objetivos pueden ser hacer ejercicio todos los días y llevar una alimentación saludable.
El objetivo debe ser medible, muy específico y puede contar como un paso para lograr la meta final, que siempre debe estar orientada a nuevos objetivos para alcanzar una nueva meta.
Para conseguir la meta de tener un año 2024 maravilloso y lleno de éxitos, sería favorable plantear objetivos por mes, por quincena y hasta por semana; esto hará que sea más fácil cumplirlos y que se formen los estados emocionales de recompensa.
Para planearlos debemos tomar en cuenta tres aspectos: el tiempo que nos llevaremos en efectuarlos, el lugar en donde los realizaremos y el efecto que tendrán para influenciar el objetivo siguiente.
Escribir en una hoja los puntos concretos que necesitas hacer, en dónde, cuánto tiempo, cómo los harás, facilitará que los realices con mayor eficacia. Evalúa constantemente los resultados que vas obteniendo, eso servirá de incentivo para continuar con el esfuerzo y el empeño para alcanzar lo propuesto.
Si ya hiciste tu lista de propósitos del año que empieza, te propongo que la transformes en una meta y la dividas en objetivos con las características mencionadas, así tendrás más triunfos y el hábito del fracaso de lo propuesto en tu lista se quedará en el pasado.
Si tienes objetivos definidos llegarás con facilidad a tu meta, cualquiera que esta sea.
