

Voy a pedirte que cierres los ojos y vayas a tus recuerdos. Busca en el pasado, seguramente hubo alguien a quien tú admirabas y pensabas “cuando sea grande, quiero ser como él o ella”. Ese ser dejó huellas profundas en tu mente, pero no sólo eso, marcó pautas para tu desarrollo personal, social o escolar.
Cuando somos niños vemos el mundo diferente y no juzgamos del mismo modo que los adultos, ponemos nuestra atención en lo que nos gusta y nos hace felices; vamos formando un modelo de vida y aspiramos a reproducirlo al crecer.
Un punto importante es que el cerebro graba la información de manera literal, lo que percibe, lo que siente y lo que el consciente no toma en consideración. Ahora bien, con esto quiero decirte que puede ser que tu mente haya registrado sucesos y no te diste cuenta. Entonces, cuando admirabas a esa persona había cosas que pasaste por alto, pero pueden estar en el inconsciente haciendo de las suyas. Te invito a que hagas una lista de todo eso que te cautivaba, si era buena, inteligente, rica o viajaba mucho. Después, deberás poner una palomita en las características que tú has conseguido. Nota si son muchas y si realmente salieron de tu deseo o las buscaste por lo que alguien representó para ti. Se trata solamente de tomar conciencia.
Ahora vamos a entrar en un espacio más profundo, te pido que hagas una lista de lo que no te gusta de esa persona, me refiero a si hoy en día está sola porque trata mal a quien le rodea, tiene deudas o padece alguna enfermedad, ya sea leve o grave, si la quieren mucho o la rechazan; vas a hacer lo mismo que en la lista anterior, subraya lo que puedas estar replicando en tu vida.
Al revisar estos dos listados, puede ser que lo que más deseabas no lo hayas logrado aún y eso que no te gusta quizá sí lo vives actualmente. Así es como la parte inconsciente de tu cerebro actúa en tu destino. Te propongo algo, vamos a cambiar los datos para tener resultados diferentes, ¿juegas?
Dice la doctora Mirna Juraidini (creadora de Ortografía Cerebral) que una manera efectiva para sacar la información del cerebro es a través de la escritura manual, así que toma papel y pluma para elaborar una carta a la persona que elegiste admirar. Vas a iniciar con tu nombre y la fecha, vas a anotar todo lo que recuerdes de ella, las características de la primera lista, pero le vas a agregar lo que te hacía sentir cada aspecto que llamaba tu atención. Después, vas a usar la que hiciste de lo que no te gusta y no quieres repetir, de igual manera redacta lo que eso te hace sentir. Te vas a sorprender con todo lo que vas a encontrar.
Una vez que termines con esos aspectos, vas a escribirle a la vida misma. Sí, la continuación de tu texto deberá ser “inventado”, como si fueras a reescribir el guion de tu historia, eligiendo otro destino, llegando a las metas y los éxitos que deseas y que, probablemente, por la influencia de eso que registró tu cerebro de esa persona no has logrado.
No te detengas por nada, exagera en tus metas, recuerda que estás programando una historia diferente. Es muy importante que firmes esa carta y la quemes. Las cenizas las vas a soplar al viento y ya sólo queda hacer lo necesario para conseguir tus objetivos, seguro que tu cerebro te va a ayudar a lograrlo de manera mucho más fácil.









