SALUD
Los avances en la tecnología en las últimas décadas se presentan de manera vertiginosa; por ejemplo, en el ámbito de la salud, con frecuencia podemos escuchar noticias sobre nuevos medicamentos, equipos de diagnóstico y de control de enfermedades.
Los seres humanos nos hemos hecho cada vez más dependientes de la tecnología. Según la encuesta de Deloitte Global Mobile Consumer, en México, en 2016, se observó un incremento en el uso de dispositivos móviles como teléfonos celulares, tabletas, computadoras de escritorio y portátiles, así como relojes inteligentes; el aumento en el uso de éstos últimos se duplicó de un 5% en 2015 a un 10% en 2016. El celular es el dispositivo más utilizado, pues según se detalla también en la encuesta, el 83% de los adultos entre 18 y 55 años son tan dependientes de este que verifican su teléfono celular en los 30 minutos después de iniciar el día, y el 80% lo revisa en los 30 minutos previos a dormir.
Con esta evidente dependencia al teléfono móvil y los avances en salud, se ha desarrollado la nueva tecnología en aplicaciones móviles en salud (apps), también denominada mHealth, posicionándose como la tercera categoría con mayor crecimiento después de la de juegos y utilidades. Es importante señalar que esta tecnología incluye no solo la que está dirigida al público en general, sino también la de uso exclusivo para el personal médico.
Sin lugar a dudas lo anterior ha beneficiado mucho a las empresas que diseñan este tipo de aplicaciones, ya que se estima que el número de apps en salud supera las 20,000 aplicaciones. Algunos de los beneficios de éstas, además de que favorecen el acceso rápido a información, es que son un recurso útil para el monitoreo de padecimientos crónicos como diabetes, obesidad e hipertensión. Como ejemplo, un paciente con diabetes puede estar compartiendo con su médico sus valores de glucosa, promoviendo el involucramiento de ambos en el tratamiento de la enfermedad. Otro tipo de aplicaciones acompañan al paciente en una rutina saludable como aquellas que tienen planes para acondicionamiento físico con conteo de calorías, e incluso proporcionan ayuda para el control de enfermedades como tabaquismo o depresión, y acceso rápido a servicios de urgencias.
Así como las apps en salud pueden brindar grandes beneficios, es importante considerar algunas de sus desventajas y riesgos. Por ejemplo que, en cuanto a su generación, éstas son de creación libre y no existe ningún organismo que las regule, de tal manera que se encuentran en el mercado algunas que cuentan con información errónea; además, en la mayoría predomina el idioma inglés. Otro de los riesgos es que las personas consideren que con el uso de estas aplicaciones ya no sea necesario el acudir al médico y con ello se promueva la automedicación.
Entre las limitaciones que implica el uso de estas aplicaciones hay que considerar que la persona deberá contar con un dispositivo inteligente, tener acceso permanente a internet y tomar en consideración que algunas son exclusivas de un determinado sistema operativo y/o también dependen para su funcionamiento óptimo del uso de dispositivos complementarios.
Por ello es importante que antes de disponernos a descargar una aplicación en salud, verifiquemos si es recomendada por la academia médica, si es reconocida por su seguridad en cuanto a la información, si es sugerida por algún médico o profesional de la salud y si implica costos; además de no menospreciar los comentarios de otros usuarios y revisar la evidencia del número de descargas, lo cual señala indirectamente el interés de la gente por esa aplicación.
Bibliografía
