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SALUD

Sífilis, la enfermedad del amor

Por: MSP. María Jocelyn Bravo Ruvalcaba
Médica egresada de la UASLP; maestra en Salud Pública por la Escuela de Salud Pública de México, del INSP
@Ma_joshyta

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“Nuestros cuerpos son nuestros jardines. Nuestras voluntades, los jardineros”.

William Shakespeare

La sífilis es una de las principales infecciones de transmisión sexual (ITS) en el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 7 millones de personas adquieren esta enfermedad cada año. Está ocasionada por la bacteria Treponema pallidum y, por lo general, su transmisión es por el contacto con lesiones infecciosas presentes en los genitales, el ano, el recto, los labios o la boca; por medio de las transfusiones de sangre, o de madre a hijo en el embarazo.

Su origen en la historia de la humanidad aún es dudoso, en la edad media fue considerada un castigo de Dios para la gente que se dejaba llevar por los placeres carnales, no se sabe si fue traída de Europa a América o viceversa, las descripciones de los síntomas en la literatura antigua, en ocasiones, parecen confundirse con la lepra; además, con la evidencia biológica en los restos antiguos óseos, se ha posicionado como uno de los temas más debatidos por la paleopantología (ciencia que estudia las huellas dejadas por la enfermedad en los seres vivos, conocidas mediante el estudio de sus restos fósiles o momificados). Ello ha llevado a que se le conozca como la enfermedad de los mil nombres, en la antigüedad se le llamó Morbus italicus, hispanus, germanicus o gallicus, Peste de Burdeos, el mal español, el mal francés, el mal extranjero, lúes venérea, entre otros; hasta que toma su nombre como la conocemos a partir del poema que Girolamo Fracastoro, quien en 1530 publicó el poema “Syphilis sive morbus gallicus”, en el que habla de un pastor de nombre Syphilo que fue castigado por el dios Apolo a sufrir la enfermedad.

La forma más común de contagio es a través de las relaciones sexuales vaginales, anales u orales. En la clínica podemos identificar diferentes estadios de la enfermedad, como la infección primaria caracterizada por la presencia en área genital de una lesión, que aparece aproximadamente tres semanas después del contacto, conocida como chancro (llaga), por lo general no es dolorosa y desaparecerá por sí sola en 3 a 6 semanas; posterior a la primera infección entre las siguientes 2 a 12 semanas se desarrolla la sífilis secundaria, en la cual las lesiones como úlceras se extienden en todo el cuerpo y pueden acompañarse de fiebre, dolores musculares, dolor de garganta e inflamación de ganglios, estos síntomas pueden desaparecer en pocas semanas, y fluctuar entre aparecer y desaparecer durante un año; si esta fase no se trata, evoluciona a sífilis latente y las personas pueden estar años sin síntomas; finalmente, la sífilis terciara –que afecta aproximadamente a un 25% de las personas que no recibieron tratamiento–, en este punto la enfermedad se complica afectando el cerebro (neurosífilis), los ojos, el corazón, el hígado, los huesos y las articulaciones. También existe la sífilis congénita, en la cual la madre puede transmitir la enfermedad al bebé a través de la placenta o durante el parto, ocasionando complicaciones como parto prematuro, muerte o, además de presentar lesiones en piel al nacer, dejar secuelas como discapacidad auditiva.

No obstante, a la larga evolución de esta enfermedad y la sintomatología que puede llegar a ser aparatosa por las lesiones en la piel, el tratamiento y la curación son fáciles, su detección puede ser por una prueba de sangre o, en casos avanzados, con análisis de líquido cefalorraquídeo a través una punción lumbar para descarta que haya llegado al cerebro. En fases iniciales se aplica una sola inyección de penicilina (o el antibiótico de elección, en los alérgicos).  Aquí quiero hacer una pausa para invitarlos a leer sobre el Experimento Tuskegee, que se desarrolló en Estados Unidos entre 1932 y 1972, para conocer la evolución de la sífilis, aprovechándose de una población vulnerable y que aun cuando en 1945 se introdujo la penicilina para el tratamiento, no se les ofertó debido a las grandes violaciones éticas; este estudio fue un parteaguas para cuestionar los estudios experimentales en salud.

Los factores de riesgo para adquirir esta infección son relaciones sexuales sin protección, relaciones sexuales con múltiples parejas, consumo de drogas psicoactivas, inicio de vida sexual temprana y ausencia de control prenatal.

Muchas personas que tienen sífilis no lo saben. Usted puede tener la enfermedad, aunque no note síntomas y transmitir sífilis a otras personas. Actualmente existen exámenes rápidos que se pueden encontrar en todas las unidades de salud, por lo general son gratuitos y se recomienda que se realicen al menos una vez al año iniciada la vida sexual activa; además de utilizar en las relaciones sexuales un método fácil, económico y mundialmente conocido: el preservativo, el cual, si se usa correctamente, disminuye los riesgos de adquirir no sólo esta, sino más infecciones de transmisión sexual.

La recomendación: tener sexo seguro y protegido.