Robin Sharma autor de El monje que vendió su Ferrari y El club de las 5 de la mañana, best sellers en todo el mundo, en su libro Manifiesto para los héroes de cada día habla de las siete ventajas competitivas gigantescas argumentando que si son aplicadas de forma constante te harán un profesionista de primer nivel en tu oficio.
De esta forma, y aterrizándolo en materia fiscal, los siete consejos para el fiscalista de primer nivel son los siguientes:
Llega siempre pronto, “si no llegas pronto, llegas tarde” y en materia fiscal estamos llenos de cambios en cada ejercicio, pues empiezan en septiembre con la publicación del paquete económico hasta que se publica su versión final, una vez avalada por el congreso; posteriormente, a finales de diciembre, se publica la primera resolución miscelánea, y en el resto del año se irán publicando más modificaciones. En este sentido, un consejo es conocer el marco global de nuestro país previo el paquete económico para saber en qué sentido irá el siguiente año fiscal y estudiar muy bien la exposición de motivos para estar al tanto del sentido que el legislador plantea para el siguiente, si se estudia desde septiembre de cada año el ejercicio que está por venir, será mucho más fácil estar preparado para las reformas, cambios y tener una base sólida de conocimientos antes que muchos.
Elimina las distracciones, es fácil ser víctima de demasiadas actividades y distracciones, y si bien en materia fiscal juegan muchas disciplinas externas, dedícate sólo a tu especialidad, orienta tu capacitación en torno a pocos intereses importantes.
Promete menos y da más, con todos los clientes rinde diez veces más de lo que ellos esperan, desde el primer contacto hasta mucho después de la venta. Todo lo que se trabaje que sea de forma impecable y explica en lenguaje claro y entendible el estado de su situación para generar mucha más confianza.
Protege los mejores estándares, una valiosa regla dice que en la vida no conseguimos lo que deseamos, sino lo que nos proponemos, por lo que es importante regirnos con una excelente calidad en el servicio, cuidar los tiempos y formas hacia nuestros clientes; sabemos que en la materia los procesos administrativos tienen plazos, pues qué mejor que comprometernos siempre a entregar, por lo menos, un día antes del plazo, y ponerlo como política interna de servicio.
Busca definición en vez de superficialidad, no siempre la estrategia que nos funcionó para un cliente suele funcionar para el siguiente, hay que ser minuciosos en cada defensa o planeación y rechazar toda dejadez, pereza y hacer realmente un análisis de lo que requiere, sabiendo que no siempre eso será lo que dejará más para la firma; cuidaremos cada detalle para que el cliente tenga el mejor servicio.
Demuestra vitalidad, el mejor regalo que se le puede hacer a un cliente es atención plena, demuestra estar ahí para él, que vea que no eres un fiscalista de esos que visitan al cliente para recabar firmas y presentar los escritos, sé sincero y muestra interés en su situación para que vea que el fiscalista con el que está tratando es una persona y no sólo un zombi que está detrás de una computadora.
Actúa, eres tan bueno como te imaginas que puedes ser, que tu cliente te vea seguro, refleja confianza y conocimiento, explica con pasión el servicio que estás prestando, actúa por encima de tu nivel salarial, golpea por encima de tu peso, cuando se llega a pensar que no se puede, eso es destructivo para el fiscalista de primer nivel que llevas dentro.
Estos son los siete consejos que han sido aterrizado en materia fiscal, sin embargo, si tropicalizan a cualquier profesión pueden dar los mismos resultados, lo importante es que si queremos ser un profesionista de primer nivel, tenemos que hacer lo que la mayoría de los profesionistas no están dispuestos a hacer, sólo así se podrá notar una diferencia real.