Vivimos en un mundo que siempre desconoceremos, pues está cambiando de manera constante. Cada minuto nace una empresa y muere otra, pues las condiciones económicas del mercado global se ven impactadas por un macroambiente que está supeditado a millones de variables. Mientras que una start-up se beneficia con una ronda de inversión en Silicon Valley, al mismo tiempo se pierden 14 millones de dólares por la caída de Facebook y WhatsApp.
Grandes ideas pueden representar un revenue constante en un par de años y, gracias a una pandemia global, colapsar en cuestión de días. Está de locos, ¿no? En esto se ha convertido el mundo y "es bonito y está bien", sino todos seríamos empresarios y la cosa se tornaría un tanto aburrida en el camino al éxito.
Somos cambio constante, pasado y futuro, oportunidad y crecimiento; al mismo tiempo oferta y necesidad. ¿Por qué? Pues básicamente porque así es esto (yo no hice las reglas). Si ya estás decidido a dejar de ser un godín o estar supeditado a los ingresos del negocio familiar, lamento decirte que hay datos duros sobre el emprendimiento que deberías saber:
A lo largo de los años he tratado de ayudar a las personas que emprenden, pues reconozco el valor que representa, pero algo es un hecho: no existe emprendimiento sin riesgo. He podido ver casos de éxito rotundos y, por el contrario, ver con tristeza ahorros perdidos de toda una vida. Es por ello que en este artículo traigo para ti algunos tips de emprendimiento.
1.- Es necesario contar con un plan de negocio.
Se cree erróneamente que el negocio se va a dar por inercia, por simple instinto y no hay nada más alejado de la realidad. Para saber a dónde vamos, hay que tener planeado el camino que estaremos por recorrer. El objetivo es básico, pero sin un plan para alcanzarlo, difícilmente lo lograremos. Al mencionar las palabras “plan de negocio” pensamos en un trabajo escolar engargolado con cientos de páginas, cuando no necesariamente es así. He visto planes con cinco o seis páginas, el número no es lo importante, sino el contenido.
2.- Es bueno soñar, pero es mucho mejor cuando estos sueños tienden a ser sostenibles.
En más de una ocasión me he encontrado con personas que están tan enamoradas de su proyecto de negocio que no se dan cuenta de que no es redituable o no es el mercado correcto para su producto. A veces, la ilusión alimenta tanto al emprendedor que se olvida de ver su planeación, implementación y resultados de forma objetiva, y es justo ahí cuando se toman decisiones con el corazón y no con la razón.
3.- Déjate asesorar por los que saben.
Están de moda los gurús del emprendimiento y siempre es importante contar con mentoría, una guía, alguien que apoye a ese negocio naciente. No dudes en pedir ayuda o contratar a alguien que sepa, pero no olvides que lo barato sale caro. Un consultor debe tener las credenciales necesarias como profesionista para asesorar en determinado campo, a través del registro nacional de profesiones puedes saber si alguien tiene la experiencia y educación para darte un consejo.
Espero que estas líneas sean de utilidad, aquí nos encontramos en el siguiente artículo quizá con más consejos o algo completamente diferente, averígualo en el próximo número de Stratega.