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Generar lealtad, ¿algo utópico?

Por: MPO. Jennifer Amozorrutia
Experta en Cultura y Ambiente Laboral
jamozorrutia1@gmail.com

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En el pasado, la lealtad a la organización era algo innato en los colaboradores. Al unirse a una empresa, las personas no se planteaban la duración de su permanencia en la estructura organizativa, simplemente asumían que sería por muchos años.

Sin embargo, en la actualidad, la intensa competitividad del mercado ha generado una proliferación de oportunidades laborales. Sumado a esto, el cambio en las expectativas de las nuevas generaciones ha convertido la lealtad organizacional en un desafío para las empresas. La alta movilidad laboral y las distintas alternativas disponibles han transformado la dinámica, haciendo que la lealtad a una única organización sea menos común y pueda considerarse como inalcanzable e, incluso, utópica.

¿Qué es la lealtad?

La lealtad implica un sentido profundo de dedicación o devoción hacia algo, ya sea un objeto, una persona o una organización. Según las expertas Olivia Guillon y Cécile Cezanne, abarca aspectos como la confianza, la identificación, el compromiso, la participación y el apego. A diferencia del compromiso, la lealtad se caracteriza por la "adherencia" progresiva de la persona a la organización, la cual se fortalece a lo largo del tiempo y mediante principios morales compartidos, especialmente cuando existe una identificación entre los valores del colaborador y los de la organización.

De manera natural, la lealtad manifestada por los colaboradores se refleja en un rendimiento superior, una mayor permanencia en la organización y mejores resultados de negocio. Esto se debe a que, al mostrar lealtad, los colaboradores trabajan en pro de la prosperidad de la organización, llegando incluso a priorizar los intereses de esta sobre los suyos en su vida cotidiana.

¿Cómo promover la lealtad en la organización?

Para promover el sentido de lealtad en la organización, las áreas de recursos humanos y los líderes pueden levar a cabo las siguientes recomendaciones:

  • Construir culturas de confianza: la confianza en la cultura organizacional promueve relaciones positivas, transparencia y colaboración, creando un ambiente donde las personas se sientan seguras y valoradas. Esta base sólida contribuye a la lealtad a largo plazo, ya que reduce la incertidumbre, estimula la autenticidad y fortalece la resiliencia durante desafíos, generando una relación duradera con la organización.
  • Fomentar el desarrollo de los colaboradores: invertir en el desarrollo de los colaboradores es crucial, ya que demuestra un interés en el crecimiento y bienestar de la persona. Prácticas como programas de capacitación, retroalimentación constante por parte de líderes y oportunidades de desarrollo (vertical u horizontal) son acciones que pueden llevarse a cabo en la organización.
  • Incentivar la participación y el involucramiento: esto crea un sentido de pertenencia y compromiso. Fortalece el vínculo emocional con la organización, cuando las personas contribuyen activamente. Prácticas como la comunicación abierta, programas de ideas y sugerencias, y búsqueda de retroalimentación de los colaboradores cultivan esta participación.
  • Practicar los valores organizacionales: cuando el colaborador experimenta una cultura donde se viven los valores, se crea un entorno confiable alineándose con principios compartidos. Se puede promover vigilando el cumplimiento de las políticas y procesos, comités justos, capacitación constante en valores y reconocimiento de comportamientos éticos.

Aunque la lealtad organizacional pueda parecer un desafío en la era actual, no es utópica. La comprensión profunda de la lealtad, que va más allá del compromiso, revela su poder transformador en el rendimiento y la permanencia de los colaboradores contribuyendo a una relación duradera y beneficiosa para ambas partes.