
En el pasado, la lealtad a la organización era algo innato en los colaboradores. Al unirse a una empresa, las personas no se planteaban la duración de su permanencia en la estructura organizativa, simplemente asumían que sería por muchos años.
Sin embargo, en la actualidad, la intensa competitividad del mercado ha generado una proliferación de oportunidades laborales. Sumado a esto, el cambio en las expectativas de las nuevas generaciones ha convertido la lealtad organizacional en un desafío para las empresas. La alta movilidad laboral y las distintas alternativas disponibles han transformado la dinámica, haciendo que la lealtad a una única organización sea menos común y pueda considerarse como inalcanzable e, incluso, utópica.
¿Qué es la lealtad?
La lealtad implica un sentido profundo de dedicación o devoción hacia algo, ya sea un objeto, una persona o una organización. Según las expertas Olivia Guillon y Cécile Cezanne, abarca aspectos como la confianza, la identificación, el compromiso, la participación y el apego. A diferencia del compromiso, la lealtad se caracteriza por la "adherencia" progresiva de la persona a la organización, la cual se fortalece a lo largo del tiempo y mediante principios morales compartidos, especialmente cuando existe una identificación entre los valores del colaborador y los de la organización.
De manera natural, la lealtad manifestada por los colaboradores se refleja en un rendimiento superior, una mayor permanencia en la organización y mejores resultados de negocio. Esto se debe a que, al mostrar lealtad, los colaboradores trabajan en pro de la prosperidad de la organización, llegando incluso a priorizar los intereses de esta sobre los suyos en su vida cotidiana.
¿Cómo promover la lealtad en la organización?
Para promover el sentido de lealtad en la organización, las áreas de recursos humanos y los líderes pueden levar a cabo las siguientes recomendaciones:
Aunque la lealtad organizacional pueda parecer un desafío en la era actual, no es utópica. La comprensión profunda de la lealtad, que va más allá del compromiso, revela su poder transformador en el rendimiento y la permanencia de los colaboradores contribuyendo a una relación duradera y beneficiosa para ambas partes.