
En estos últimos meses han sido recurrentes las noticias relativas a los aranceles; desde que el presidente estadounidense Donald Trump asumió el poder, el pasado mes de enero, existe incertidumbre y preocupación global debido a su nueva política comercial de “independencia económica”, en la cual alega que el mundo ha estado sacando ventaja de su país, estafando a sus contribuyentes durante más de 50 años. A raíz del comunicado de dicha política, Trump encabezó una guerra arancelaria, donde la dinámica política y comercial entre Estados Unidos y sus principales socios económicos ha experimentado una volatilidad continua, pues tras anunciar aranceles para los productos que se importen a EUA para unos 60 países –entre los que están las principales economías del planeta–, ocasionó un descontento generalizado y diversos mandatarios, en respuesta a esta imposición, colocaron aranceles a los productos estadounidenses que se importen a sus países. Aquí surge la incógnita, ¿cuál es el nivel de afectación en México?, la respuesta es: gigantesco, ya que Estados Unidos es el importador número uno de México y nuestro país está dentro de los principales socios comerciales de dicha nación, pero primero es importante entender ¿qué son los aranceles?
La Organización Mundial del Comercio denomina aranceles a los derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías y proporcionan a las mercancías producidas en el país una ventaja en materia de precios, encareciendo los bienes extranjeros y haciendo que los productos locales sean más competitivos. Además, los aranceles desempeñan múltiples funciones económicas y políticas en el país receptor, constituyen una fuente de ingresos para los gobiernos, generando fondos de los impuestos sobre las importaciones.
Ahora bien, ¿cuál es la influencia de los aranceles en la economía de un país? Tienen un impacto importante en el comportamiento de la economía global, ya que al ser impuestos de manera directa a un país o a cierto sector originan efectos directos y colaterales que pueden causar un impacto positivo o una afectación a la economía; en virtud de que este impuesto que se paga al gobierno debe asumirlo la persona física o moral que introduce la mercancía extranjera en el país. Según los expertos, el primer efecto de los aranceles se siente en los bolsillos de los consumidores, puesto que generalmente las empresas optan por trasladar una parte o la totalidad del costo de los aranceles a los clientes, generando impacto en el precio del servicio o el producto y, por ende, aumentando la inflación.
Un ejemplo de las afectaciones fue lo que pasó en 2018 durante el primer mandato de Trump, cuando se impuso una serie de aranceles a productos importados de China como mecanismo proteccionista a los fabricados en Estados Unidos; siendo uno de estos los vehículos eléctricos, a los cuales se les asignó un arancel del 25%, teniendo un aumento del 100% en 2024 durante el mandato del presidente Biden. Estas imposiciones, sumadas a la pandemia del COVID19, originaron una reducción en caída libre de la participación de China como principal socio comercial de Estados Unidos. Así que, en respuesta a estas determinaciones, el gigante asiático atacó el sector agrícola estadounidense imponiendo un arancel a las exportaciones del grano de soya y otros productos agrícolas, originando la desaparición casi por completo de las importaciones de esta especie de productos provenientes de EUA, pero acrecentado de manera positiva el mercado de otros países como Brasil para satisfacer la demanda. Esto ocasionó una crisis en el sector agrícola en Estados Unidos, a tal punto que el gobierno tuvo que subsidiar y apoyar a los agricultores.
Tal como hemos comentado, hay diversos efectos que los aranceles pueden generar en un país, por ejemplo, un efecto negativo de proteger a las compañías nacionales con aranceles es que se vuelven menos competitivas; otro es la depreciación de la moneda o que, al aumentar el arancel, se incrementa el costo del producto, ocasionado una reducción en la demanda o que no sea costeable su importación, originando un desabasto y haciendo un hueco en la economía. Por otro lado, algunos de los efectos positivos son los acuerdos libres de aranceles entre naciones, ya que favorecen e incentivan el comercio, teniendo precios competitivos y una gran variedad de productos. Otro resultado favorecedor es la reestructuración en la diversidad de las exportaciones de los países con el fin de que su economía no dependa considerablemente de una nación determinada.