Hace unos días recibí un correo con una encuesta de engagement en donde se me pedía, mediante esta herramienta, reportar lo bien o mal que está “x” empresa en cuestión de clima laboral y no pude evitar soltar la carcajada, si bien la compañía que me la manda, y con la cual colaboro activamente, predica el tema de “somos un equipo“, “vamos juntos”, “actuemos con valores”, la verdad es que este tipo de cosas no se siguen al pie de la letra, es decir, no es que no se hagan, más bien distan mucho de la realidad. Hoy por hoy, el mercado laboral está plagado de empresas que dicen una cosa, pero al final hacen otra, no se diga las startups. Aunque esto no tiene nada que ver con que la corporación sea exitosa o no, buena o mala, e infinidad de adjetivos calificativos para evaluar su comportamiento, creo que en un mundo empresarial como en el que usted y yo nos desarrollamos, estimado lector, a veces falta un poquito de honestidad, a veces es necesario seguir la congruencia y no hablar de más ni de menos, sino simplemente lo que es, así tanto directivos como empleados podrían saber a qué le tiran al estar en determinado proyecto y si las directrices son afines a sus valores, objetivos y maneras de dirigirse.
Es necesario tener claro que el arquetipo del jefe todopoderoso, que tiene como arma letal la retórica, está desapareciendo, los millennials saben lo que quieren, lo quieren rápido, claro y lo quieren ya. En definitiva, la estrategia del doble discurso no es tan exitosa como antes. Actualmente, si quieres embelesar a un millennial con retórica barata (palabras bonitas) o “cuentos chinos” –como decía mi mamá– y él se da cuenta de que lo que dices carece de sentido, o pretendías jugar con su inteligencia, no dudará en presentarte su renuncia. Es de risa loca ver en redes sociales, desde las más comunes como Facebook o las más especializadas como LinkedIn, memes en donde los jóvenes en edad laboral se mofan de lo que quieren decir determinadas “aptitudes” en un anuncio de trabajo.
Lo que dice la descripción de la vacante | Lo que significa |
Tolerancia a la frustración | Acabarás en el psiquiatra |
Disponibilidad de horario | No verás la luz del sol |
Actitud de servicio | Serás el gato del gato del gato del patrón |
Personas motivadas por los retos | Te pedirán cosas que ni el genio de Aladino podría lograr |
Ganas de aprender | ¿Salario? ¿Qué es eso? |
El doble discurso y la actitud pasivo-agresiva, muy popular en los 90 y pan de cada día de los baby boomers, ya no funcionan. Los tiempos cambian y las nuevas generaciones están preparadas en exceso, en contraste, irónicamente, tienen oportunidades reducidas para encontrar buenas opciones laborales. Es fácil saber cuando se está en una empresa pasivo-agresiva con un clima laboral fantasma, esta falsa dinámica de “aquí todo está bien, todos somos felices”, aunque se esté cayendo a pedazos, cual Chernóbil, y los empleados se pudran de estrés a simple vista.
Aquí algunos puntos clave:
Espero que estas líneas sirvan para mejorar el clima laboral en su centro de trabajo o abogar por un esfuerzo real para crear ambientes positivos, pero, sobre todo, reales, esto repercutirá en una mejora en cómo los colaboradores actúan y reducirá la rotación del personal.
Recuerden que tener claridad desde el principio será de vital importancia para que el talento se quede o salga huyendo despavorido de su organización; actualmente, no sólo las empresas evalúan al trabajador, las reglas del juego han cambiado y también puede ser al revés.