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ESTILO Y VIDA

Rencores que se quedan en el corazón

Por: LN. Laura Sánchez Flores
Terapeuta especialista en cognición, lenguaje y biodescodificación
sanlauris@hotmail.com

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¿Has oído hablar de Romeo y Julieta? El impedimento de su amor se debía a rencores y dificultades entre sus familias, pero no por alguna situación entre ellos. Les tocó pagar “los platos rotos” de conductas realizadas por alguien más.

Ambas familias se odian por un rencor de antaño que inicia la enemistad. Surge de una pelea entre dos sirvientes de cada una y se va transmitiendo de generación en generación hasta llegar sin resolución a los jóvenes protagonistas de esta obra de Shakespeare. Todo surge en los antepasados y se queda en la memoria, y trae consecuencias al tiempo presente.

No sólo en obras literarias ocurre esto, también en familias como la tuya y la mía. Existen hermanos que no se llevan bien, primos que se enojan y pelean sin razón aparente. En cada familia, aparte de llevar los mismos códigos genéticos, llevamos la información inconsciente de las desavenencias.

En los problemas que se presenta en el árbol genealógico hay integrantes que no se han librado de odios y rencores, probablemente porque no tienen las herramientas emocionales adecuadas para hacerlo. Estas herencias emocionales se transmiten de manera invisible y nos convierten en víctimas de las circunstancias.

Sucede que hay clanes familiares en donde los hijos no conocen a los abuelos, debido a que los papás no se llevan con ellos. Estas dinámicas no tienen solución hasta que uno de los hijos entiende que no vale la pena continuar con el rencor en el corazón, rencor que él no generó.

El orgullo impide que podamos brindar el perdón, así que, quien sea el más estable emocionalmente será quien pueda sanar estos rencores, poniendo un freno a la transmisión de resentimientos que se transforman en enfermedades.

¿De qué manera podemos eliminar estas desavenencias generacionales? No hay una sola fórmula, pero aquí te dejo tres pasos que puedes seguir para eliminar estos conflictos y evitar que sigan perjudicando a tus seres queridos.

El paso número uno es observar, debemos ver las situaciones desde “arriba”, como espectadores y no como actores. Al ver objetivamente los problemas tenemos las ideas más claras sobre el origen de estos. Se trata solamente de observar, sin reaccionar ni juzgar.

Ya que tenemos la idea clara, el segundo paso será el silencio acompañado de un análisis después de “pensar rápido”. Estamos acostumbrados a pensar rápido, a reaccionar con juicios e ideas sobre las circunstancias de manera inmediata.

Es útil escribir todo lo que venga a la mente porque al tenerlo en papel es más fácil desligar lo que no nos pertenece. Hacer un análisis profundo de las emociones que ahí vació la mente, separar lo que vale la pena conservar y lo que en ese momento podemos desechar.

Por último, debemos sonreír, perdonar y elegir sentir algo diferente. La sonrisa provoca que el cerebro ponga en marcha la liberación de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y las endorfinas, que producen sensación de bienestar y reducen el estrés y la ansiedad, eliminando los altos niveles de cortisol.

Perdonar para liberar cargas emocionales que no nos pertenecen y dejar rencores. Quitar las emociones negativas que van unidas a esas vivencias de los antepasados y que están afectando en el presente, no sólo a nivel emocional, sino también físico, provocando estrés y ansiedad.

Y para dejar todo atrás, elegir, de ahora en adelante, tener una nueva perspectiva de los acontecimientos que conocemos y son el origen de esos sentimientos negativos. Siempre tenemos la libertad de elegir qué queremos sentir, así que usemos ese derecho a decidir cuál emoción debe mantenerse en nosotros que nos da paz y felicidad.

Esa es la única libertad que nadie puede arrebatarnos, la de elegir la manera en la que reaccionamos y les damos significado a los acontecimientos vividos. Te invito a que, si en tu familia existe un problema de tus antepasados, realices los pasos que te comparto y le des un nuevo significado, liberando a tu clan familiar del rencor.