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El mito del multitasking

Por: Alejandro Saracho
Fundador de Abundantia Training, experto en finanzas personales y empresariales y autor del libro Reconfiguración Financiera
info@reconfiguracionfinanciera.com

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¿Te ha pasado que despiertas por la mañana y al prepararte para ir al trabajo te lavas los dientes mientras te bañas?, ¿preparas el desayuno mientras ves las noticias en la televisión? o ¿mandas mensajes mientras manejas? ¿Te ha pasado? No te preocupes, esto es más normal de lo que piensas.

De acuerdo con un estudio realizado por Accenture (Listen Learn Lead Global Research 2015), el 92% de las personas que laboran en nuestro país pasa más del 50% de su jornada diaria haciendo multitasking.

¿Por qué pasa esto?

El tiempo que destinamos a nuestras actividades diarias muchas veces es insuficiente, lo que hace que al final del día terminemos con una gran lista de pendientes.

La “solución” para muchos: el multitasking.

Al inicio, pensamos que todo irá bien y que haremos rendir nuestro día. Pensamos que al realizar actividades al mismo tiempo lograremos acabarlas antes. Pero, lamentablemente, al final del día pasa todo lo contrario.

Según la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), el multitasking no solo consiste en realizar dos actividades al mismo tiempo, también consiste en dejar pendiente una tarea para realizar otra de mayor importancia o no tener un descanso entre una y otra actividad.

El verdadero problema llega cuando nos damos cuenta de que nuestro rendimiento y productividad se han visto afectados por el constante estrés al que nos hemos sometido al tratar de realizar todo al mismo tiempo.

De hecho, según la APA, el cambiar de una tarea a otra tiende a reducir la productividad cerca del 40%. Lo que quiere decir que en promedio se pierden al menos 16 horas a la semana por realizar multitasking. Y lo peor es que la gente que lo practica es inconsciente de ello.

Tras realizar algunos estudios, David E. Meyer, psicólogo de la Universidad de Michigan, descubrió que el multitasking no solo disminuye la productividad sino que también aumenta el riesgo de cometer un error en las actividades que estamos realizando, en un 50%.

Si tienes atención dispersa, piensas que lo más importante es la cantidad y no la calidad, pierdes productividad y comienzas a tener problemas de salud, ¡eres víctima del multitasking! Para ello, te recomiendo:

  • Poner en silencio tu teléfono mientras estés trabajando, utilizar una agenda con actividades programadas y asegurar un espacio sin interrupciones.
  • Separar las actividades importantes de las no tan importantes y asignar un espacio en tu agenda para profundizar en las importantes.
  • Tomar periodos de descanso y recuperación. Aunque pienses que pueden ser una pérdida de tiempo, la realidad es que te mantendrán altamente productivo.
  • Una vez que tu cuerpo te avise que tienes que descansar. ¡PARA! o pagarás las consecuencias.
  • Pon reglas en tu casa. Si vas a cenar, los celulares se quedan en la recámara. Si vas a ver la tele, eliges un canal y se queda en ese canal. Un humano que está presente es más importante que el humano que está por teléfono. Cuando alguien te habla, pon atención.

Vivimos en un entorno cada vez más acelerado y exigente. Muchos piensan que el multitasking es la solución, pero en realidad es la perdición.