STRATEGIAS
“No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino quien responde mejor al cambio”. Charles Darwin.
En este mundo que va a gran velocidad, no podemos seguir con los mismos recursos, ideologías y liderazgos autoritarios que décadas anteriores. Las necesidades actuales están demandando que evolucionemos para centrarnos en mejorar la calidad de vida de los colaboradores, ya que ellos son los principales gestores del éxito de una compañía.
No es coincidencia que desde 1974, se estudie la manera en la cual las buenas y malas prácticas profesionales pueden tener impacto en la salud de los colabores y en clima laboral de una organización. El impacto de una mala gestión a nivel organización e individual como profesionista, te puedo llevar adquirir el síndrome del quemado o burnout. Herbert Freudenbenger lo definió como un proceso paulatino por el cual las personas pierden interés en su trabajo, el sentido de responsabilidad y pueden llegar a profundas depresiones o incluso hasta la muerte.
Nos estamos enfrentando a una enfermedad silenciosa, que afecta nuestra psique y nuestra calidad de vida, y por lo tanto, a la productividad fuera y dentro de las organizaciones. Después de décadas de estudio, la OMS clasifica el burnout como una enfermedad que conduce al agotamiento mental, emocional y físico causado por el trabajo.
En los últimos años ha tenido tanta relevancia que ya está incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), lo que dará paso a que exista una legitimización para que médicos, centros de salud e incluso las aseguradoras puedan tratar el tema a partir del 2022.
Esto es resultado de la investigación de especialista en todo el mundo para responder a las necesidades que estamos viviendo. Debemos formar conciencia que todavía no ha llegado el día en que las máquinas superen a los seres humanos.
¿Cómo es su cuerpo y alma?
Cristina Maslach experta que ha investigado el síndrome de burnout o desgaste laboral, lo define como una respuesta al estrés en el trabajo. Nace de la tensión crónica, producto de la interacción conflictiva entre el trabajador y su empleo. Lo podemos identificar con las siguientes características:
En el entorno laboral lo podemos observar en acciones y comportamientos cotidianos, como la sobrecarga de trabajo, una comunicación deficiente entre los líderes y los colaboradores, así como un ambiente de hostilidad entre los mismos colaboradores.
Mientras existan los modelos de negocio gestionado por seres humanos, tendremos el reto de observar, de informarnos y sobre todo responder al cambio. Ante los retos de nuestro trabajo es necesario evaluar cómo están nuestros procesos de rendición de cuentas, clima laboral, cultura organizacional, mejora continua, reingeniería de los procesos, en fin. No es una opción, es un deber ser. Las organizaciones que perdurarán a través del tiempo son aquellos que constantemente cuidan los procesos internos, a sus colaboradores y el cómo obtienen los objetivos.
Un cambio de todos para todos
El elevar la calidad de empresa en el aspecto ambiente laboral, requiere de valor y compromiso. Quien decide convertir a su organización en un gran lugar para trabajar conocerá que se necesita el 100% de involucramiento de todos los colaboradores y sobre todo del equipo de liderazgo. Ya que podrán obtener información y datos que les permitan analizar qué estrategias utilizar para desarrollar prácticas culturales que les permitan tener un clima laboral sano y elevar la calidad de vida.
La confianza juega un papel relevante al momento de construir la cultura y las relaciones de los colaboradores en el contexto laboral y más relevancia los comportamientos esperados de los lideres hacia los colaboradores, ya que ellos tienen que ser capaces de lograr los objetivos creando un vínculo a través de una buena comunicación que les permita expresar lo que sienten y piensan, proceso de retroalimentación para marcar la brújula de las actividades por prioridades, reconocimiento al buen desempeño laboral y las reuniones uno a uno.
Esta práctica es sumamente importante porque les permite revisar la carga laboral y evaluar cómo están logrando los objetivos, si es necesario intervenir como apoyo o sólo como guía. Sumando a todo lo anterior, los colaboradores deben de cuidarse y crear hábitos que les ayuden a mantener una salud física, emocional y mental, es decir, comer sanamente y a su hora, realizar ejercicio, respetar los horarios de entrada y de salida, dormir bien, tener algún pasatiempo, disfrutar a la familia, etc. Esto indudablemente mejorará la percepción laboral, la sensación de satisfacción y el bienestar emocional y físico. Por lo tanto, el colaborador experimentará motivación y encontrará el propósito de las actividades que desempeña.
Los mejores lugares para trabajar se asegurarán de tener un sistema preventivo y correctivo, para anticiparse e identificar situaciones que puedan dañar el ambiente laboral, tomando en cuenta los derechos laborales, así como el compromiso de cada colaborador con sus labores y compañeros, el fomentar el trato justo y digno a través de los valores en relación con la misión, visión y valores de la organización.
