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Aprender a aprender, el arte de trascender

Por: Mariana Monserrat Ramos Turrubiartes
Auditora interna del SGC ISO 9001; emprendedora y jefa del departamento de idiomas de la Normal del Estado de SLP
marianart08@gmail.com

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Las nuevas generaciones han desarrollado competencias diferentes y nuevas, pareciera que hemos vuelto el tiempo y comenzado desde cero, siendo una de las áreas de oportunidad la reflexión y la toma de decisiones. El entorno en el que nos desarrollamos nos impulsa y nos orilla a aprender y desaprender por el constante cambio al que estamos expuestos.

Hablar de una empresa es hablar de un sistema formado por un grupo de personas que realiza tareas específicas orientadas a una meta. Es importante entender que todos los elementos de una organización son fundamentales para cumplir este fin, su rol recae en dividir el trabajo y multiplicar los resultados. Émile Durkheim, uno de los pioneros de la sociología, describe la importancia del funcionamiento de un colectivo en la etapa moderna respecto a la cohesión social. Él resaltaba que las funciones de una sociedad moderna son interdependientes, por lo tanto, la autonomía pasaba a segundo plano para dejar entrar al trabajo en colectivo; un organismo con funciones específicas en donde la participación de todos permitiría un avance para lograr su bienestar y el de los demás.

Si quisiéramos hablar sobres las virtudes que existen en las organizaciones, podríamos resaltar la importancia de tener una visión compartida. Sin embargo, el que haya un bien común no es la única manera de que una empresa tenga éxito, la pregunta es ¿cómo se podría aprender mejor y cómo podríamos hacer que nuestra compañía sea más eficiente?

Las empresas tienen múltiples funciones y es importante que todos los representantes tengan muy claro que una de las bases para que una organización crezca es ofrecerle algo a cada quien, con base en su personalidad. Gracias a los estudios sobre enseñanza de David Koll podemos comprender que existen muchos factores que determinan lo que simboliza concretamente un estilo de aprendizaje. Factores como personalidad, comunicación, conocimiento, motivación, percepción, aprendizaje y comportamiento definen si una persona es equilibrada, organizada, extremista, precavida, ruidosa, social, reservada, global, analítica y comunicativa en su desempeño durante su vida cotidiana. Si bien lo decía el consultor en neurolingüística Robert Dilts, no existe ningún mapa del mundo "verdadero" o "correcto". Cada cual tiene el suyo y gracias a la percepción que exista en el mundo, la eficacia se ve modificada.

Para que las empresas puedan generar una provocación que cause un impacto deben recordar el “deber ser” de cada uno de los actores de su colectivo, elaborar una propuesta a las barreras que enfrenten y enfocar sus actividades con experiencias inicialmente de primer grado (de dificultad) a tareas con un grado de desafío mayor. Mediante procesos de espiral positiva y gradual, el trabajo se vuelve más eficiente si comenzamos con retos pequeños y, a su vez, brinda un incremento de garantía para mejorar los bienes y servicios. Cualquier persona aprende más rápido si lo hace bien a la primera.

El uso de estas herramientas permite romper los esquemas, abriendo camino hacia un ser que no sienta miedo por creer que no tiene la capacidad de lograr algo o que considera que carece de habilidades o competencias.

Adicionalmente, la capacidad de las buenas relaciones por medio de la comunicación y la convivencia es fundamental para la formación de líderes en los ámbitos educativos y laborales. Una persona con habilidad de comunicación eficaz tiene la capacidad de “vender” sus ideas a sus pares y así crear un equipo de trabajo, un colectivo que busca el sentido común y que, además, tiene identidad y sentido de pertenencia.

Si bien es cierto que la evolución y los escenarios globales son el parteaguas del creciente cambio de ideas y herramientas, la reconstrucción es esencial para poder adaptarnos a las nuevas necesidades.

Por lo tanto, promover un ambiente en donde la organización tenga la posibilidad de que, individualmente, los trabajadores puedan beneficiarse de sus habilidades, para así alcanzar el punto máximo de eficacia en sus funciones para confrontar con posibilidades de éxito los nuevos campos de desarrollo, se vuelve una imperiosa necesidad.

Reinventarse, dar un paso atrás, ser incluyente, lograr y transferir conocimiento, tener un sentido de liderazgo, asumir riesgos, comprometerse, adaptarse, identificar sus virtudes, errores, éxitos y fracasos generará que el sistema de aprendizaje de cualquier organización logre un crecimiento gradual de “aprender a aprender” colectivamente, permitiéndole trascender ante la adversidad que se presente.