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Teoría sintérgica: ¿vivimos en la Matrix?

Por: MDC. Daniela Paz Aguirre
Maestra en Derecho Constitucional y Derechos Humanos, por la Universidad Panamericana de México
dannypaz2107@gmail.com

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Bien dicen que cada cabeza es un mundo y de cada cabeza florece una realidad, única y singular. Desde los escritos de la Biblia hasta el cine de ciencia ficción, pasando por los meditadores trascendentales de la India y los monjes budistas, las historias de hombres y mujeres que desafían con su cuerpo y su mente las leyes de la física y la lógica se han contado por montones. Relatos de cuerpos que levitan, telequinesis, telepatías o estados de conciencia elevados que permiten a sus practicantes ver, lo que el resto sólo imaginamos. O… al menos eso cuentan.

A pesar de lo inverosímil de muchas de las historias que hemos escuchado a lo largo de generaciones y generaciones, existió un científico mexicano que, intrigado por su propia experiencia con chamanes de comunidades indígenas, y respaldado por una extensa bibliografía científica propia, comenzó su viaje personal que bien puede ser la culminación de sus más de 15 años de investigación y estudio: la teoría sintérgica.

Jacobo Grinberg, doctor en neurofisiología, investigador de la UNAM y fundador del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, centró sus estudios en intentar explicar la interacción del cerebro humano y aquello que conocemos como realidad. ¿Cómo es que algo tan intangible como la conciencia humana define cómo percibimos nuestro entorno y realidad?

La respuesta a este enredo la da Grinberg en la teoría sintérgica, una explicación de cómo “la realidad” es más bien una especie de estructura hipercompleja que alberga todas las dimensiones, espacios y tiempos existentes, algo así como una matriz que contiene infinitas estructuras que trascienden el espacio y la energía.

El entramado deviene cuando se trata de explicar por qué personajes a lo largo del mundo han realizado actividades extraordinarias que, para otro humano, parecerían imposibles, no sólo de realizar, sino de comprender. ¿Qué hace que estos seres humanos realicen cosas impensables? Para tratar de entenderlo, es necesario precisar que, para el científico mexicano, la estructura del espacio aparece como vacío e invisible para nuestra percepción, sin embargo, cada punto del espacio contiene la información total del resto de los puntos. La mecánica cuántica llama a este fenómeno: láttice. En ella –señala el propio Jacobo– se encuentra toda la información del universo en cada punto.

En segundo lugar, la teoría sintérgica señala que al modificar una porción del espacio se afecta a cada uno de los puntos y a la totalidad, pues dentro de la estructura existen múltiples dimensiones, por lo que un pensamiento o emoción también altera a la láttice en todas sus dimensiones. Y el tercer concepto trascendental es que entre la realidad y la percepción existen procesos de transformación que suceden a través de nuestra maquinaria neuronal (nuestro cerebro), esto nos señala que intervenimos en la creación de la realidad perceptual activamente y que no estamos desligados ni de los objetos ni de los seres vivos. Dicho de otra forma, el espacio es la láttice, pero si la fragmentáramos, uno de esos fragmentos sería nuestro cerebro, por ello, están intrínsecamente relacionados, siendo capaz un pensamiento de afectar nuestra realidad, realidad que se “codifica” en lo que “vemos” como producto de nuestra conciencia.

La complejidad del entendimiento de la teoría sintérgica es la propia incapacidad humana para permitirse visualizar algo distinto a lo ya codificado por nuestro cerebro, por lo mismo, uno de los estudios más importantes que realizó Jacobo Grinberg fue el de la visión extraocular, llevando a cabo experimentos en niños pequeños que eran enseñados a leer con los ojos vendados; aunque suene increíble, el experimento tuvo críticas positivas por la comunidad científica, para Grinberg era importantísimo que los actores principales fueran niños, pues confiaba en que a estas edades, la mente, o la conciencia, no estuviera minada de información y juicios establecidos, lo que podía dar resultados mayormente positivos. Bajo esta visión, comprender la teoría sintérgica implicaría despojarnos de nuestros condicionamientos y permitir ver la realidad en sí.

¿Y tú? ¿Tomarías la pastilla roja o la azul?