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PANORAMA POLÍTICO

Bullets de marketing político

Por: MMD. Christian Flores Pérez
Experto en dirección de ventas , marketing digital, consultor y speaker
www.linkedin.com/in/soycrismx/

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Les cuento mi experiencia

Amigos, meses han pasado desde la última elección, así que ya puedo escribir sobre este tema sin que parezca muy mainstream.

Afortunadamente, en mi camino por el marketing, la comunicación y las relaciones públicas me ha tocado, en alguna ocasión, estar al frente de la campaña de aire de algún candidato, el partido es lo de menos lo importante son las acciones que suman, pero… a pesar de que es una gran aventura de alrededor de 2 meses (a veces hasta 3) hay cosas que debes saber y poner en claro al ser un consultor de marketing digital para el o la candidata.

1.- Deja en claro tus actividades y dales valor

Hazle saber al equipo lo que cubre el área de marketing digital, medios, relaciones públicas (comunicación). En una campaña, a veces, se da el caso de que por ignorancia, desconocimiento o simple grilla los miembros del equipo no entienden o no quieren entender que una cosa es la campaña de aire (medios digitales y masivos) y otra la de tierra (recorridos, volantes, eventos y lonas), por eso es importante aclararle al equipo de tierra que vamos juntos, pero no revueltos, porque, de lo contrario, te puedo asegurar que habrá problemas.

2.- Dejar en claro un presupuesto

Es importante hacer ver al candidato/partido que el área de aire debe tener un presupuesto previamente establecido o, por lo menos, un presupuesto proyectado para hacerse efectivo a lo largo de la campaña. Las relaciones públicas CUESTAN y cuestan caras, al igual que las pautas o apoyos en medios y los materiales audiovisuales, la publicidad en Search Engine Marketing (SEM), Search Engine Optimization (SEO) y pauta en redes sociales necesitan de dinero para que las cosas puedan pasar, es nuestra obligación hacerle ver al cliente que no van a ocurrir como por arte de magia.

3.- ¿A quién se estará reportando?

Es más que relevante definir desde el inicio a quién se reportará y que esta exposición estratégica de lo que hace la gente de aire se defina en una sola persona. Ojo, en las campañas políticas hay decenas, a veces cientos de personas involucradas, y aunque “el bueno” es el candidato, hay muchas personitas que pueden llegar a creerse jefes, que la amiga empresaria metiche, que el operador político, que el organizador de eventos, que los amigos del candidato, que el presidente del partido, la lista es interminable. Todo el mundo opina, todos querrán meter la cuchara al área en donde el especialista serás tú, es por ello que desde antes de arrancar debes poner por escrito quién es el jefe/cliente y a quién reportas o expones la estrategia, de lo contrario, hasta el que carga los banderines y las gorras terminará siendo tu jefe directo.

4.- ¡Sé profesional, Juanelo!

No importa si eres panista, priista, perredista o lo que sea que termine en “ista”, si alguien llega a ti para llevar una campaña, el deber es evaluar si quieres o no tomar el proyecto, tus preferencias políticas quedarán reducidas a cero.

Como en los hombres de negro: ya no formarás parte del proceso electoral como cualquier mexicano, “estarás por encima del proceso, sobre él, más allá de él. Somos eso, somos ellos, somos aquellos, somos los que llevan la campaña en términos de mercadotecnia”. Si no entendiste la referencia, quise decir que no importa a quién le vayas, puedes seguir con tus corrientes partidistas una vez pongas los pies fuera de la casa de campaña, pero mientras estés dentro la prioridad es el proyecto, es decir, hacer ganar al candidato la elección, sin importar si es rojo, verde, azul, rosa mexicano o amarillo canario. Tu corriente partidista ya no importa y trabajarás en función del cliente. ¿Por qué? La respuesta es simple porque eso es lo que hacemos los profesionales. Es por eso que tienes la libertad de decir sí o no antes de que inicie la campaña.

En temas de marketing político nunca lleves un proyecto por presión o imposición o la cosa se pondrá incómoda.