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Cuando caen los ídolos

Por: Esteban Cortés Sánchez
Compositor de música para cine y director de orquesta
lecscorp.com

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“…pero una cosa que aman más que a un héroe es ver a un héroe fallar. Caer. Morir tratando”.

Spider Man (2002).

Y, cuando eso pasa, muchas veces olvidamos que esas figuras públicas representan empresas y proyectos que pueden llegar a las seis cifras.

En la pasada entrega de los premios de las Ciencias y las Artes Cinematográficas de EUA, Will Smith acaparó los reflectores por la infame cachetada que le propinó al comediante Chris Rock por una broma hecha a expensas de su esposa, Jada Pinkett Smith. Más allá del discurso moral y ético que se desató, el trasfondo empresarial es uno que afectará a centenares de personas: además de la expulsión de los premios Oscar, por los siguientes diez años, de acuerdo al sitio fortune.com, al menos dos grandes producciones están enfrentando problemas debido al incidente y otra más de Apple TV no tiene una fecha de estreno asegurada. Si bien es difícil cuantificar las pérdidas, se puede ver que hablamos de millones de dólares.

Bill Cosby fue una estrella de la comedia en los 80 y principios de los 90, y mantuvo la imagen como “el papá de América” hasta que en 2018 fue convicto por delitos sexuales. Con una fortuna que ascendía a alrededor de los 400 millones de dólares, uno pensaría que la cárcel cambiaría eso. Aun habiendo pagado las multas y reparaciones correspondientes, su fortuna sigue siendo casi la misma.

Hablando de los 90 (ah, esa bella época…) cómo olvidar a la camada de actores que vimos despegar. De entre ellos, Charlie Sheen destaca. Fue, sin embargo, con Two and a Half Men, ya adentrada la segunda década del siglo XXI, que llegó a lo que podría ser el punto más importante de su carrera: 1.8 millones de dólares por episodio, hasta que por su personalidad “autodestructiva” fue despedido y sustituido por Ashton Kutcher. Después de varios divorcios, drogas y problemas de salud, la fortuna de Sheen se ha visto mermada hasta llegar a unos 10 millones de USD.

Según el sitio celebritynetworth.com, la fortuna de Mel Gibson asciende a los 425 millones de dólares, sin embargo, es raro ver al galardonado productor/actor/director frente a las cámaras. Supuestos comentarios homofóbicos y antisemitas han hecho mella en su imagen pública desde mediados de los 2000.

El caso más sonado del año en el medio de la farándula es, sin lugar a dudas, el de Johnny Depp vs. Amber Heard. En 2018 salió a la luz pública un artículo en The Washington Post en el que Heard decía haber sido víctima de abuso doméstico, aunque (dicho sea de paso) Depp nunca fue mencionado por nombre. En seguida Disney decidió no seguir su relación laboral con el actor en la saga de Pirates of the Caribbean y Warner Bros. le pidió dejar su papel en la más reciente línea de películas ubicadas en el universo de Harry Potter. De acuerdo al contador forense Michael Spindler, que testificó para la parte acusadora en el juicio, el histrión ha perdido más de 40 millones de dólares desde que inició todo este pleito legal. Depp demandó a Heard por 50 millones y ella lo contrademandó por 100 millones, pero, al final, aunque él resultara favorecido en el juicio, ambos terminaron perdiendo enormes cantidades de dinero.

Como si de imitar al arte se tratara, Kevin Spacey resultó ser el villano en House of Cards. Si bien su talento como actor jamás ha estado en duda, su comportamiento en el set es otro cantar, tanto así que fue despedido de la ya mencionada serie (llevándola a su fin); además, tendrá que pagar una cuantiosa suma por incumplimiento de contrato (más de 30 millones USD).

Cuando se trata de “personalidades” famosas se tiene que hablar por fuerza también de las empresas que son y, como empresas, las pérdidas o ganancias suelen ser MUY cuantiosas. Razón No. 35685 para no querer ser famoso.