INICIO | ESTILO Y VIDA
ESTILO Y VIDA

Decisiones que cambian el destino

Por: LN. Laura Sánchez Flores
Terapeuta especialista en cognición, lenguaje y biodescodificación
sanlauris@hotmail.com

Share This:

Cuando terminé mis estudios universitarios tuve que tomar una decisión que cambió mi vida por completo: quedarme a vivir en la Ciudad de México o irme a vivir con mis padres a provincia. En ese momento, por las circunstancias, me decidí por irme a vivir con mis padres. Ahora pienso, ¿cómo sería mi vida si me hubiera quedado?

Todos tenemos “esa” decisión que tomamos y que reordenó el rumbo de nuestras vidas. En el campo cuántico de las infinitas posibilidades, cada elección resulta un destino diferente.

Si tomamos como válida la teoría del multiverso, en donde se viven vidas simultáneas, en escenarios distintos, no importaría el camino a seguir, de todos modos, viviríamos todo. Pero no es así, por lo menos no tenemos la conciencia más que de la vida actual que estamos recorriendo.

Considero que las decisiones que pueden resultar en destinos muy diferentes son dónde vivir, a quién elegir para formar tu pareja y qué trabajo desempeñar. Para las cuestiones laborales, primero sería qué estudiar.

Si hacemos memoria, desde pequeños, teníamos sueños y deseos de lograr cosas cuando fuéramos mayores. Esos objetivos se van desvaneciendo al pasar de los años y van cambiando conforme la vida nos presenta obstáculos, pero realmente esos sueños de niño nos conducían a la felicidad.

Todos los días nos enfrentamos a situaciones en las cuales la elección es inminente, desde levantarte a las 6 o a las 7, desayunar en casa o en un restaurante, cereal o fruta, y así todo el día. Vaya que una mala elección puede hacer que tu día sea un desastre. Sobre todo, porque desencadena una serie de eventos derivados de ella.

Supongamos que eliges levantarte a las 7 en lugar de a las 6, y ese día hay más tráfico que de costumbre, ya vas con retraso al trabajo, eso te pone de nervios y te irrita, al llegar vas con prisa y por no detenerte a tomar un respiro y reenfocar tu día de nuevo, olvidas en el auto los papeles que debes entregar en ese rato… y así te podría contar mil cosas más que puedes experimentar.

A veces tomamos decisiones enfocados en el pasado o en el futuro, rara vez nos centramos en el “aquí y ahora” para meditar cuál camino es el que más nos conviene para alejarnos lo menos posible del objetivo original.

Es importante revisar tus herramientas emocionales, físicas y mentales para proyectar el futuro y conseguir tus objetivos, si sólo enfocas tu atención en lo que te falta, perderás oportunidades de usar lo que tienes para lograr las metas más fácilmente.

Un consejo, enfoca tu atención en lo que esté en tus manos realizar, lo que no puedas controlar, obsérvalo y procura usarlo a tu favor. Si te dedicas a querer controlar todo, sólo lograrás ansiedad e infelicidad.

Por ejemplo, no puedes controlar que alguien te ame o que ocurra algún accidente, pero puedes elegir el control de las emociones y los pensamientos que te permitirán expresar cuando alguna de esas cosas suceda en tu vida.

Puedes elegir ver las pérdidas o fracasos como oportunidades de recomenzar desde otro lugar. Te invito a que tomes las decisiones tranquilamente, desde un lugar neutral y siempre considerando los posibles escenarios.

La elección o decisión más importante es la actitud con la que vas a enfrentar la vida.

Y te pregunto ¿qué tanto las decisiones que has tomado te han alejado de esa felicidad? Cada vez que eliges y cambias el rumbo puedes separarte o acercarte a tu objetivo. Si tuviéramos la vida trazada como una línea recta, en dirección hacia la felicidad, ¿cuántas líneas extras tendrías?, ¿sería fácil regresar a la línea de vida original?

Las respuestas son tantas como personas en la Tierra, pero de una cosa estoy segura, cada elección abre una línea nueva, a veces para mejorar y cuando no sea así, toma un respiro y elige de nuevo.

La elección o decisión más importante