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El arte de ser reclutador en una nueva era

Por: LP. Elizabeth García Montiel
Licenciada en Psicología, reclutadora senior y consultora en RRHH
elizabeth.garcia@strategamagazine.com

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El arte de ser reclutador consiste en encontrar al candidato mejor calificado, un trabajo arduo que implica un sinfín de habilidades, cualidades, pensamientos, conocimientos, estrategias que el reclutador pone en marcha para cubrir las necesidades de la empresa.

A lo largo del tiempo, el proceso de atracción de talento ha tenido que entrar en este constante cambio y adaptación, hoy en día hemos dejado atrás aquellos medios impresos y el contacto en campo para dar paso a las plataformas que hacen la difusión a nivel masivo y con fácil acceso a los candidatos permitiendo una nueva forma de interacción, tráfico de información y la generación de bases de datos entre las necesidades de las organizaciones y el interés de los postulantes.

Sin duda alguna, todos aquellos que se enfocan en el reclutamiento y la selección han tenido que innovar y sumergirse en esta nueva forma de promocionar sus marcas, generar nuevas estrategias y atraer a los mejores candidatos a sus equipos de trabajo considerando las cualidades e intereses de las nuevas generaciones.

Muchas veces se ha escuchado minimizar la labor de un reclutador, sin embargo, desde otro ángulo podemos resaltar que su trabajo implica manejar los diversos medios y técnicas de reclutamiento, evaluar las carteras de candidatos no sólo a un nivel de compatibilidad en la parte técnica, sino también considerando las habilidades blandas e intereses en relación al proyecto o plan de carrera que tienen los postulantes y que todo esto se ajuste a las necesidades de la empresa y, por supuesto, del candidato.

Ser reclutador implica realizar un acompañamiento y seguimiento durante todo el proceso de selección, llevar a cabo análisis en conjunto con las personas involucradas en la necesidad de la empresa, brindar retroalimentación, conocer la cultura empresarial y transmitirla a los candidatos para dejar lo más claro posible lo que se está ofertando y así concluir de manera exitosa ese proceso de selección que llevará a estabilidad, permanencia, crecimiento y una buena experiencia, disminuyendo los niveles de rotación, generando un buen ambiente laboral y sumando a la cultura empresarial.