Te suenan las frases de “seguro me va a invitar a su cumpleaños”, “deja que sepa que necesito un favor y me llamará”, “claro que me va a traer algo de su viaje”. Todas las anteriores son expectativas, ideas sobre lo que crees o piensas que va a ocurrir.
Hay veces en que las cosas sí salen como esperas, pero ¿qué pasa cuando no?, por lo general viene decepción, frustración y enojo, al ver que la realidad es otra.
Si piensas que los sueños e ilusiones se van a mostrar tal como los imaginaste, puede ser que te lleves una sorpresa cuando no sea así; la felicidad que crees alcanzar no será duradera y la desilusión, al presentarse, es lo que más nos duele.
El ser humano cree que las cosas siempre ocurren de la misma manera. Así que da por hecho. Uf, grave error, ya que entonces pierde los aspectos reales de los acontecimientos y se frustra con los resultados obtenidos.
Ejemplos te puedo poner varios, por lo general, buscas una relación de pareja de cuento de hadas, donde hay amor, confianza, tolerancia, y así mil cosas, yo te digo espera que pasen 6 meses y el príncipe y la princesa se convierten en el brujo y la bruja. Los dos dan por hecho que el otro va a cumplir sus expectativas y la cosa se pone peor cuando ninguno de los dos explica lo que espera de la relación.
Este enfrentamiento de expectativas vs. realidad surge al dar por hecho que la vida sucede conforme a tus ideas, creencias, ilusiones, valores, etc. Cuántas veces asumes que por que sales en grupo la cuenta se va a dividir en partes iguales o puede ser que tu pensar sea que cada quien paga lo que consume, ¿te suena?, y llega la cuenta y ahí es donde unos están conformes y otros no. Y viene entonces la frustración, el enojo, cuando podrías simplemente preguntar antes cómo se va a organizar el pago de la cuenta, te aseguro que vas a disfrutar más y no vas a tener sorpresas al final.
Otro ejemplo es cuando haces algo por alguien, un favor, un préstamo o cualquier cosa, no necesariamente esa persona va a hacer algo parecido o igual por ti. Pero en tu mente es un hecho, como si el otro tuviera la “obligación” de corresponder y no es así.
¿Y qué crees que pasa después? Si bien te va sólo te enojas, pero puede ser que te arranques en una historia de reclamos y pensamientos negativos hacia la otra persona, que si es ingrato, malagradecido, que mal amigo por no corresponder de la misma forma que tú.
El estar en el presente, escuchar lo que el otro dice y ver lo que hace te va a ayudar a no crear expectativas que, al no cumplirse, generan la frustración que ya mencionamos.
Disfruta lo que es y no te pierdas de la vida pretendiendo lo que quieres que sea. Pero lucha por lo que deseas, desde una perspectiva realista.
Conócete, reconócete y vive la realidad, toma en cuenta las ideas, creencias y maneras de ser de los demás, no supongas nada, pregunta para no crear falsas ilusiones, esto te evitará disgustos.
Soñar y tener ilusiones no cuesta nada, pero hacerlo sin conocerte ni escuchar a los demás puede costarte la tranquilidad, así que ten sueños en grande sin perder de vista lo que “es” la realidad.