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Genialidad

Por: Jorge A. Meléndez
Licenciado en Economía del Tecnológico de Monterrey, donde fue premio al saber. Director de Proyectos Especiales para Grupo Reforma
@jorgemelendez

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"Un genio es una persona con poderes mentales extraordinarios cuyo trabajo o pensamiento cambia de forma significativa a la sociedad –para bien o para mal– a través de culturas y tiempo".

No pude dejar de pensar en esta gran definición de Craig Wright al escuchar a López-Gatell justificar que llevan 3 años (sí, 3 años) de no poder surtir medicinas para niños con cáncer: "Este tipo de narrativas se han conectado en Latinoamérica con golpe, golpe, golpe de Estado".

¡Madre mía! Y esto lo dice el "genio" que manejó la pandemia tan mal que han muerto (cifras reales) más de 600,000 mexicanos.

No cabe duda, Dios los hace, AMLO los invita, ellos se juntan... y luego destruyen.

Pero hablemos hoy de la genialidad según el Profesor de Yale, que estudió genios de todos colores y sabores en la historia.

No exagero cuando digo de todo tipo: Platón, Shakespeare, Darwin, Simone de Beauvoir, Einstein, Bach, Bezos, Jack Ma, John Lennon, Edison, Churchill, Disney o Jobs.

Un artículo de Wright en la revista Aeon explica que la genialidad no es absoluta, depende de tiempo, lugar y cultura. Un genio hoy quizá no lo hubiera sido ayer. Ah, y algunos genios cambian más al mundo que otros.

"¿Qué no es genialidad pura? El IQ (cociente intelectual). Hawking no leyó hasta los 8 años, Picasso y Beethoven no hacían mate simple. A Lennon, Edison y Jobs no les fue bien en la escuela", explica Wright.

Y sin embargo, el profesor concluye que los genios en la historia comparten ciertos hábitos que destiló en su libro The hidden habits of genius.

Estos 14 hábitos (según un resumen de Alain Gillot) son:

  1. Ética de trabajo. La eterna discusión de "talento vs. práctica" no es binaria. Muchos genios tienen las dos cosas.
  2. Resiliencia. Levantarse y seguir intentando.
  3. Originalidad. Pensar "out of the box". OJO con el pensamiento grupal, que es muy prevalente en la era de las redes sociales.
  4. La imaginación del niño. Como decía Steve Jobs, esa habilidad de conectar cosas que parecen disímbolas.
  5. Curiosidad insaciable. Regreso a los pequeños, que siempre preguntan "¿por qué?". No se cansan de buscar las causas raíz. Al crecer, muchas veces se pierde esta chispa. La curiosidad muere ante el temor de verse "tonto".
  6. Pasión. El apasionado no se cansa, persigue la meta, no se desanima ante el fracaso y busca soluciones a obstáculos. Alinear pasión a metas, poderosa combinación.
  7. Mal adaptación. Curiosamente, hay correlación entre genialidad y desórdenes mentales. El genio los potencia productivamente.
  8. Rebelión. Ir contra el statu quo, poseer un alma revolucionaria. Como el icónico anuncio de Apple "Piensa diferente".
  9. Pensamiento interdisciplinario. Muchos genios son generalistas que no se especializaron temprano.
  10. Contreras. La creatividad explota contradicciones de la vida.
  11. Suerte preparada. La preparación se necesita para aprovechar la suerte que requiere la genialidad para hacer diferencia. El genio hace la tarea.
  12. Relajamiento. Las pausas permiten pensar mejor. Trabajo y diversión. Ni muy muy, ni tan tan.
  13. Concentración. Muchos genios adoptan rutinas y rituales que les permiten ser productivos.
  14. Obsesión. Una persecución insaciable de sus objetivos, de su deseo de cambiar al mundo.

Esta última encierra una grave advertencia: los genios muchas veces no son buenas personas.

Por ejemplo, Wright cita algunos ejemplos:

* "Mi papá era un loco. Nada superaba la miseria de nuestro hogar", decía la hija de Charles Dickens.

* "Un hombre debe ser un gran genio para compensar ser tan miserable", decía la tercera esposa de Hemingway.

El profesor advierte que hay que tener cuidado si se trabaja con un genio, porque se puede sufrir abusos o perder fácil la chamba.

Como bien concluye Wright citando al escritor francés Edmond de Goncourt: "Casi nadie quiere a un genio hasta que muere. Pero luego se le admira, porque mejoró nuestras vidas".

Fascinante.

Por lo pronto, apunta los 14 hábitos. Aunque no nos conviertan en genios, seguro sí ayudarán para mejorar en lo que sea.

EN POCAS PALABRAS...

"No hay sustituto al trabajo duro".

Edison