"Un genio es una persona con poderes mentales extraordinarios cuyo trabajo o pensamiento cambia de forma significativa a la sociedad –para bien o para mal– a través de culturas y tiempo".
No pude dejar de pensar en esta gran definición de Craig Wright al escuchar a López-Gatell justificar que llevan 3 años (sí, 3 años) de no poder surtir medicinas para niños con cáncer: "Este tipo de narrativas se han conectado en Latinoamérica con golpe, golpe, golpe de Estado".
¡Madre mía! Y esto lo dice el "genio" que manejó la pandemia tan mal que han muerto (cifras reales) más de 600,000 mexicanos.
No cabe duda, Dios los hace, AMLO los invita, ellos se juntan... y luego destruyen.
Pero hablemos hoy de la genialidad según el Profesor de Yale, que estudió genios de todos colores y sabores en la historia.
No exagero cuando digo de todo tipo: Platón, Shakespeare, Darwin, Simone de Beauvoir, Einstein, Bach, Bezos, Jack Ma, John Lennon, Edison, Churchill, Disney o Jobs.
Un artículo de Wright en la revista Aeon explica que la genialidad no es absoluta, depende de tiempo, lugar y cultura. Un genio hoy quizá no lo hubiera sido ayer. Ah, y algunos genios cambian más al mundo que otros.
"¿Qué no es genialidad pura? El IQ (cociente intelectual). Hawking no leyó hasta los 8 años, Picasso y Beethoven no hacían mate simple. A Lennon, Edison y Jobs no les fue bien en la escuela", explica Wright.
Y sin embargo, el profesor concluye que los genios en la historia comparten ciertos hábitos que destiló en su libro The hidden habits of genius.
Estos 14 hábitos (según un resumen de Alain Gillot) son:
Esta última encierra una grave advertencia: los genios muchas veces no son buenas personas.
Por ejemplo, Wright cita algunos ejemplos:
* "Mi papá era un loco. Nada superaba la miseria de nuestro hogar", decía la hija de Charles Dickens.
* "Un hombre debe ser un gran genio para compensar ser tan miserable", decía la tercera esposa de Hemingway.
El profesor advierte que hay que tener cuidado si se trabaja con un genio, porque se puede sufrir abusos o perder fácil la chamba.
Como bien concluye Wright citando al escritor francés Edmond de Goncourt: "Casi nadie quiere a un genio hasta que muere. Pero luego se le admira, porque mejoró nuestras vidas".
Fascinante.
Por lo pronto, apunta los 14 hábitos. Aunque no nos conviertan en genios, seguro sí ayudarán para mejorar en lo que sea.
EN POCAS PALABRAS...
"No hay sustituto al trabajo duro".
Edison