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Humedales de tratamiento. La ingeniería al natural

Por: IA. Roberto Kevin Acosta Cornu
Analista en impacto ambiental y desarrollo social y económico
acostakevin005@gmail.com

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Los humedales son sistemas de agua naturales que refieren grandes beneficios a la biodiversidad de los paisajes, así como denotan aguas cristalinas y con especies habitantes que suelen ser muy susceptibles a tasas de contaminación altas, por lo que estudios se han concentrado en demostrar la capacidad que estos sistemas tienen de mejorar la calidad de su entorno mediante la eliminación de diversos contaminantes.

De lo anterior surge la innovación de generar humedales artificiales, diseñados con el objetivo de imitar un método natural mediante la aplicación de ingenierías adecuadas para obtener un medio que logre ser un diferencial en comparativa con los sistemas de las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR).

El tratamiento de las aguas residuales en los humedales se basa en los procesos biológicos, físicos y químicos que tienen lugar en ellos. La vegetación presente, en simbiosis con los microorganismos del suelo y el agua, es capaz de metabolizar una gran variedad de sustancias contaminantes.

Esta técnica natural de depuración favorece la purificación del agua. Además, los humedales funcionan como barreras que, al ralentizar el flujo del agua, permiten la sedimentación de los sólidos suspendidos en ella. Esta función de filtro, junto con la capacidad de absorción del suelo y la actividad biológica, contribuyen a la eliminación de nutrientes, patógenos y metales pesados presentes en las aguas residuales.

Una de las ventajas más destacables de utilizar los humedales para el tratamiento de aguas residuales es su bajo costo. A diferencia de los sistemas convencionales, no requieren de gran inversión inicial ni de un alto gasto energético para su funcionamiento.

Dentro de la ingeniería y el diseño se contemplan especies de plantas especializadas en condiciones húmedas, provistas de sistemas radiculares que promueven la microbiología necesaria para el tratamiento de las aguas. Los microorganismos asociados a estas raíces ayudan a descomponer los contaminantes orgánicos presentes en las aguas residuales.

Los caudales, al pasar por el humedal construido, entran en contacto con las raíces de las plantas y los microorganismos que habitan en ellas. Estos microorganismos utilizan los contaminantes como fuente de energía.

Si bien la ingeniería debe ser muy precisa, en realidad el proceso de un humedal bien diseñado es bastante simple, el agua que entra contiene contaminantes y nutrientes, como nitrógeno y fósforo, las plantas los utilizan para crecer y al hacerlo eliminan estos elementos del agua, ayudando a purificarla.

Además, los microorganismos desempeñan un papel importante, pues metabolizan y descomponen los contaminantes orgánicos en el agua transformándolos en sustancias menos nocivas; residuos de mayor tamaño se adhieren a las partículas de sedimento en los humedales, lo que facilita el eliminarlos del agua.

En resumen, los humedales limpian el agua mediante dos técnicas principales: la absorción de nutrientes por las plantas y la descomposición de los contaminantes por los microorganismos.

El principal cuidado de la ingeniería y el diseño viene con la finalidad de atender que se garanticen la fitorremediación y los procesos microbiológicos encargados de eliminar los contaminantes, en casos fallidos, el agua suele volverse turbia debido a un caudal mal calculado y presentar olores característicos de la descomposición de materia orgánica y los contaminantes acumulados.

Los humedales artificiales han adoptado el término de ingeniería verde gracias a su efectividad, viabilidad y disminución de costos, además de favorecer la reducción de carbono en lugar de generarlo como sucede en las PTAR, que utilizan grandes cantidades de energía para su operación.