DEPORTES
El futbol es un deporte que cautiva a millones de personas alrededor del mundo. A lo largo y ancho de su historia, el deporte ha vivido múltiples transformaciones y revoluciones que lo posicionan como una de las industrias más lucrativas que existen en el planeta.
Hoy por hoy hablar de futbol no sólo es hablar de deporte. En estos tiempos, el tema también ostenta caras diferentes. La mediatización lo transformó en un espectáculo que traspasa barreras de lenguaje y latitud de una manera exponencial. Cuando la pelota rueda, muchas veces el mundo se detiene y todas las miradas siguen a la pelota que se disputan los 22 jugadores en el campo.
Es gracias a toda esa atención que el trabajo del futbolista ha ido evolucionando rápidamente ante los ojos del mundo entero. Desde cierta perspectiva, muchos ya no sólo cuentan con una carrera 100% enfocada al deporte. Y esto se debe a la gigantesca vitrina que representa practicar de forma profesional.
Durante mucho tiempo, los jugadores que hicieron historia fueron aquellos que con sus pies maravillaron al mundo. Pero en la actualidad, jugar bien no es lo único que se necesita para estar en la cima. Sobre todo, si se entiende que la carrera del futbolista es corta, e incierta una vez que se deja el juego.
Podría decirse que David Beckham es ese ícono que les mostró el camino a sus colegas. El inglés hizo una carrera única en la que demostró que la combinación de capacidad técnica, carisma, porte y elegancia es explosiva y redituable.
Beckham inició su carrera en el Manchester United. Y desde sus primeros partidos captó y atrajo público nuevo al deporte. Acompañado de una generación dorada, conquistó títulos importantes, y se convirtió en una de las caras más conocidas alrededor del planeta.
Esto no se les escapó a muchas marcas, que empezaron a asociarse con el jugador, ya que, dada su imagen juvenil y exitosa, atraía gente de diferentes estratos. Justamente así fue como Beckham comenzó a descubrir que podía obtener réditos gracias a patrocinios y derechos de imagen.
Si bien muchas marcas deportivas contaban con grandes embajadores, fue hasta la década de los 90 que el mundo de la moda se coló al del deporte. Y esto fue gracias a la gran visión de Beckham, quien empezaba a darse cuenta de que tenía la capacidad de colocar productos en la mente del público.
Beckham fue la joya de la corona del Real Madrid en su ambicioso proyecto conocido como los Galácticos. Un plan multimillonario que consistió en juntar el talento de algunos de los mejores jugadores del momento en el mismo equipo. Y aunque no logró todos los objetivos que su potencial preveía, es ahí que el futbol moderno cambió para convertirse no sólo en deporte, sino en un escaparate mediático gigante.
Fue con él que se revolucionó el concepto de los derechos de imagen, y la forma en que clubes y jugadores hacen sus negocios más lucrativos actualmente. Y es que, si no nos resulta extraño ver a algún futbolista anunciando ropa interior al igual que seguros de vida o prendas de diseñador, se debe a la figura de David Beckham.
Hoy por hoy, es uno de los nombres más reconocidos del deporte, que hizo un camino más que peculiar. Supo ser jugador, modelo y dueño de uno de los equipos más mediáticos del mundo. Pionero y visionario en todo sentido. Beckham es un ícono dentro y fuera de la cancha, que mucha gente ubica muy bien, por una u otra razón, pero ligado al futbol, eso sí.
