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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Modelos de suscripción, el problema actual en la industria

Por: LCC. Gabriel Moreno Rodríguez
Productor; académico en el ITESM; director de noticias; analista en temas de tecnología y CEO
@gabofanfare

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Es difícil ponerse del lado de cualquier empresa, más de una vez la lealtad de los consumidores es recompensada con aumentos de precios, pérdida de calidad, cambios de rumbo no deseados o, como ocurre hoy en día, con la implementación de nuevos modelos recaudatorios que castigan su bolsillo.

Durante años, la venta de productos digitales (enciclopedias, programas profesionales de edición y videojuegos, entre otros) era prácticamente idéntica a como se obtenían de forma física. En otras palabras, la organización ponía un precio y el cliente lo pagaba. Así de simple. Y lo cierto es que las prácticas recaudatorias existen desde que las computadoras se volvieron de uso masivo; en su momento Microsoft ofrecía reiteraciones de su sistema operativo con un costo adicional; Electronics Arts actualizaba sus videojuegos año con año para mantener un margen de ganancias e incluso iTunes se mantenía a la par en lanzamientos de música con el fin de que sus usuarios adquirieran las canciones de cada disco de forma inmediata y accesible.

Sin embargo, con el arribo de la App Store, los videojuegos con títulos como Fortnite y World of Warcraft, así como con el dominio del streaming, el paradigma de las transacciones en línea dio paso a un nuevo modelo de negocio: la suscripción. A diferencia de la compra tradicional, en la cual se realiza un solo pago, ahora se condiciona el uso por una cuota mensual o anual que, al no ser cubierta, restringe el acceso.

De acuerdo con el sitio ERP Today, el consumidor promedio gasta 2,660 pesos al mes en membresías que pueden ir desde dos o más servicios de streaming, almacenamiento de la nube, plataformas de trabajo, entre otros.

En México, algunas de las empresas con mayores ingresos por suscripciones son aquellas como Netflix y Spotify; compañías de seguros médicos, como Sofía Salud, y plataformas de comercio electrónico. Además, Amazon Prime, con su amplia oferta, también destaca en este ámbito.

Asimismo, desde hace más de una década, corporaciones como Apple cambiaron su enfoque de la venta de iPhones y Macs por el de servicios como iCloud, Apple TV, Music y otros, que le permitieron escalar su valuación a los trillones de dólares.

Está claro que para las empresas el mudar sus ofertas de negocio al modelo de suscripciones es una apuesta que, la mayoría de las veces, puede brindar un mayor margen de ganancias a propietarios y accionistas, pero ¿qué hay de los consumidores?

En sus inicios, desembolsar 120 pesos por Netflix y 99 pesos por Spotify era tentador y alejó a millones de personas de las compras físicas e incluso de la piratería. Sin embargo, diez años después y con docenas de gastos divididos en distintos servicios que exigen una cuota, los clientes ya no ven atractivo pagar más renta por lo mismo.

Por ejemplo, el catálogo de películas y series en Netflix se encuentra fragmentado en Paramount, HBO, Prime y muchos otros, lo que significa que, para ver la misma cantidad de contenido, el usuario debe adquirir más servicios, lo que implica pagar incluso más de lo que costaba la mensualidad de la televisión por cable.

¿Y qué ocurrirá? Con el cierre de compañías y la migración de los clientes a los servicios gratuitos o de un solo pago (como ha pasado con la masificación del uso de Libreoffice, que ofrece las mismas funciones que Office de Microsoft, pero sin renta) el modelo de suscripción podría presentar una caída inevitable en los próximos años, y viendo los números… eso sería un triunfo para el consumidor.