Tal y como remarca Sun Tzu en su obra El arte de la guerra “no será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo, y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje”. Una sentencia que nos explica por qué las empresas, partidos políticos y Estados necesitan vigilar muy de cerca a sus rivales. Las probabilidades de victoria aumentan cuando descubres sus secretos estratégicos.
Es por ello que el espionaje no es algo extraño ni excepcional, más bien al revés. En el mundo empresarial y político actual está mucho más presente de lo que imaginamos.
El espionaje es la actividad destinada a la obtención encubierta de información confidencial, datos privados o cualquier tipo de secretos personales, corporativos o estatales.
Primero comenzó realizándose a través de personas por medio de la infiltración (introducir unidades propias, “topos”, en las filas del contrario) y la penetración (lograr la colaboración consciente de un miembro de la organización opuesta). Sin embargo, en la actualidad se han desarrollado múltiples recursos tecnológicos (micrófonos, cámaras, sistemas de seguimiento por GPS, drones de vigilancia, programas informáticos…) que permiten espiar sin que las personas tengan una presencia constante y directa.
Entre los tipos de espionaje más frecuentes podemos destacar los siguientes:
Espionaje comercial: es el menos espectacular desde el punto de vista mediático, pero el más común dentro de las pequeñas y medianas empresas. Es fácil ver cómo empleados que abandonan una compañía se llevan consigo la base de datos de sus clientes. Luego usan esa información para robar dichos clientes en su propio beneficio.
Espionaje estratégico: obtiene información sobre los planes, programas y proyectos de las empresas o partidos políticos rivales para adquirir ventaja en la toma de decisiones. Imaginemos que dos grandes corporaciones compiten porque se les atribuya la construcción de un gran aeropuerto. Una de las empresas consigue información confidencial de la otra sobre el presupuesto que va a solicitar. De esta forma, después pide menos dinero para que así se le adjudique el proyecto.
Espionaje tecnológico: se centra en conseguir información confidencial de la competencia relacionada con proyectos de I+D o innovaciones exclusivas. Mientras una compañía gasta millones en el desarrollo de nuevas soluciones, la otra se limita a “copiar” la información obtenida y aplicarla directamente a sus productos o servicios.
Espionaje informático: consiste en entrar en un sistema informático ajeno para acceder a su información y utilizarla en perjuicio de la víctima o en beneficio de los autores. Existen varios tipos como el hacking (acceso directo de un hacker por vía remota), spyware (programas que se implantan mediante spam y envían información a su controlador) o keylogger (programas que reenvían todas las pulsaciones que se realizan en un teclado para detectar usuarios y contraseñas de la víctima).
Si eres un empresario o político que a diario maneja información valiosa, lo mejor es que tomes medidas para evitar el espionaje. Algunos consejos: