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ESTILO Y VIDA

Tomar una decisión es crear nuevas posibilidades

Por: LAE. Lili Torres
Administradora de empresas, descodificadora biointegrativa y consteladora familiar.
lilianatdl@gmail.com

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Sí, lee el título otra vez: tomar una decisión es crear nuevas posibilidades. ¿Lo habías pensado así? Vamos a desmenuzarlo juntos. Por ejemplo, si hoy decides ver la tele en lugar de hacer el pendiente que te va a ayudar a cumplir tus metas, estás DECIDIENDO irte por las posibilidades que vas a crear al ver la tele y no las de acercarte a tu meta (claro que lo puedes hacer mañana, esa será otra decisión que te abra nuevas posibilidades, pero hoy decidiste eso), y estas posibilidades de la primera elección son muchas: como inspirarte, si decidiste ver un contenido, serie o película  motivacional, pero también estresarte si pusiste algo de miedo o suspenso; entretenerte y relajarte, si es algo que te haga reír; hacerte perder el tiempo, si no es algo que te sume. ¿Notaste todas las posibilidades que se abrieron al elegir eso? ¿También percibiste que dentro de cada decisión hay más que te abren más posibilidades? Porque tú elegiste ver la tele, pero después de eso tuviste que elegir qué ver, y cuando te haces consciente de ello, aprovechas tu tiempo y seleccionas mejor tus decisiones.

Ahora supongamos que decidiste hacer eso que te acercará a tu meta, por ejemplo: dar seguimiento a tus clientes. Te pones a mandar ese WhatsApp o correo a diez clientes que se habían mostrado interesados al principio, pero al final no contestaron; y te responden 3 que siguen interesados, pero por sus ocupaciones olvidaron contestar y te piden cotización o cita. En este caso tu elección te trajo resultados para acercarte a tus metas; primero decidiste, desde tu disciplina, hacer lo que quizá en tu meta mensual habías dicho que harías, después decidiste escribirles a los clientes y ahora estás viendo los resultados.

Ojo, aquí no existe el juicio de “está mal o está bien”, simplemente observamos lo que es y las posibilidades que cada decisión abre. Quizá lo primero que vino a tu mente fue que la primera decisión estuvo mal, pues te tiraste a la flojera, pero a mí no me gusta ponerle esta connotación de mal o bien y te explicaré por qué, de hecho te invito a que revises desde dónde estás tomando esa decisión. Porque si tomaste la primera decisión de ver la tele desde tu intuición de descansar, de despejar la mente, de motivarte con cierto contenido… puedes sacar ideas buenísimas para llevarlas a la práctica y que te abonen a tu vida o a tus metas, puedes descansar tu cuerpo y darle ese tiempo de recuperación, si fue un día agotador y cualquiera de esas dos serían benéficas para ti por el simple hecho desde dónde tomaste la decisión; pero si la tomaste renegando, desde tu ego o inconsciencia, pues no te va a beneficiar. ¿Te fijas cómo es la misma decisión, pero tomada desde un lugar diferente en tu interior?

Pues así con todo, la idea es seleccionar desde ese “yo interior” lo que sientas que va a abonar en tu vida. También es importante tener claro que siempre puedes ir por la otra decisión, aunque hayas tomado ya una, ¡es la magia del libre albedrío que tenemos! Por ejemplo, si decidiste estudiar una carrera porque tus padres esperaban eso de ti, pero no te apasiona o incluso la detestas y querías estudiar otra, nunca es tarde, ya sea que tengas la voluntad de decirles y dejar la primera carrera trunca o, si por algo no pudiste, cuando la termines buscar la manera de estudiar esa otra o meterte a algún curso o trabajo donde la puedas desarrollar, repito, nunca es tarde para decidir hacer eso que te llama. Y no sólo lo digo yo, te menciono dos casos de éxito: el creador de Kentucky Fried Chicken lo fundó a sus 74 años y Carolina Herrera decidió a los 42 años hacer su marca de ropa. Y así hay miles de ejemplos, donde la curiosidad, la intuición, la tenacidad o la disciplina de conseguir algo te llevan a tomar una serie de decisiones que van abriendo miles de posibilidades.

Así que ahora ya puedes estar más consciente de ello y seleccionar mejor tus siguientes decisiones observándote desde dónde las tomas, porque sabrás que así estás creando las posibilidades que quieres para tu vida y, a la vez, no estresarte tanto por una decisión que aparentemente no funcionó, pues estás seguro que desde tu libre albedrío puedes tomar otra para cambiar el rumbo de lo que estás creando para ti.