INICIO | ESTILO Y VIDA
ESTILO Y VIDA

Hábitos saludables

Por: LN. Laura Sánchez Flores
Terapeuta especialista en cognición, lenguaje y biodescodificación
sanlauris@hotmail.com

Share This:

En nuestra rutina diaria tenemos infinidad de actividades, esos comportamientos que hacemos de manera repetida, realizados incluso de modo automático, forman nuestro sistema de hábitos. Secuencias de pasos seguidos para solucionar problemas.

Aunque todos los hábitos surgen para solucionar algún problema, no todos nos ayudan a crecer. Antes de la construcción de un hábito, debemos identificar algo que queremos cambiar, pero, por lo general, ponemos nuestra atención en el resultado, el objetivo se centra en el final, sin darnos cuenta que lo que debemos transformar es el sistema que nos conduce a él.

Lo cierto es que cada conducta repetida va creando una conexión cerebral y esta hace el hábito automático, así que para transformarlo hay que hacer una sustitución de conductas para formar una nueva ruta cerebral y modificar una costumbre o rutina de vida.

Pongamos el orden como ejemplo, si estás acostumbrado a llegar a tu casa del trabajo o de la escuela y dejar tus cosas en el primer mueble que encuentras, esa conducta repetida, a lo largo de los días, terminarás realizándola de manera automática, cuando te acuerdes ya habrás dejado las cosas en el mismo lugar de “siempre”.

Puede ser que no estén “tiradas” en el suelo, pero no están en el lugar que correspondería al orden adecuado de la casa, lo ideal es que las dejaras en tu escritorio, recámara, en donde no estorben en caso de que llegara alguna visita a disfrutar una buena plática en tu sala.

Si implementas diario un cambio de un paso de tu rutina, verás que es más fácil mejorar tu calidad de vida. La suma de tus hábitos forma tus rutinas, lo ideal es que generes rutinas sanas, como lo son un buen desayuno, ordenar las habitaciones de tu hogar, hacer ejercicio, entre otras.

Hay acciones diarias que no son la mejor manera de resolver los problemas que se nos presentan, pero las hacemos porque así lo aprendimos, puede ser que sea por repetición de patrones generacionales o porque así nos enseñaron en la escuela.

Para identificar un mal hábito es necesario analizar si estás cubriendo todas tus necesidades de manera satisfactoria, es decir, si en las áreas de tu vida te sientes equilibrado.

Hay acciones más fáciles que otras y que nos gustan más, al hablar de elevar calidad de vida. La mayoría de las rutinas son difíciles de adoptar y ponemos resistencia por el esfuerzo que implican, pero la recompensa es muy buena. Puedes usar alguna motivación para adquirir un comportamiento nuevo.

Por ejemplo, puedes ponerte la motivación de revisar tus redes sociales solamente después de haber tomado un vaso con agua natural y haber hecho 30 minutos de ejercicio, esto te ayudará a llevar una vida más saludable.

No planees tanto el cambio, entre más rápido pongas manos a la obra es mejor, ya que la procrastinación puede apoderarse de ti. Es muy importante que realices las acciones de manera repetida, aun cuando no te salgan las actividades a la perfección.

De manera práctica, no es tan importante el tiempo que te lleve automatizar los cambios, sino que seas constante y hagas lo necesario para lograrlo. Procura incorporar la regla de los dos minutos, la cual dice “cuando empiezas un nuevo hábito, no debe tomarte más de dos minutos”, así que la idea es hacer acciones lo más sencillas posibles.

Quizá al principio no se note mucho la diferencia, pero la constancia será la que resalte y haga evidente el avance.

Todo hábito se puede cambiar, requiere inversión de esfuerzo y tiempo, te invito a realizar esta inversión en ti mismo.

Recuerda que fallar una vez puede ser accidental, pero continuar sin corregir se vuelve un hábito no saludable.