
Imagina que quieres abrir una cafetería en una calle donde ya hay otras 20. ¿Cómo consigues que prueben tu latte y no el de la cafetería de al lado? Por ejemplo, podrías ofrecer una primera taza a mitad de precio. Los casinos online se enfrentan a este mismo problema, pero de una manera más extrema. Hoy en día, los bonos de juego no son solo una estrategia de marketing, sino que son el alma de dichas plataformas. La pregunta es: ¿qué tienen de especial las bonificaciones para que el negocio gire a su alrededor?
Hoy en día, en el mercado regulado de México y otros países, existen decenas de casinos en línea que compiten ferozmente entre sí. A diferencia de los casinos físicos, donde antes un jugador debía desplazarse a otra ciudad o ir al más cercano, ahora cualquiera puede acceder a todas las plataformas con un par de clics. ¿Cómo destacar en un escenario tan competitivo?
Las plataformas licenciadas más destacadas, como casino BetBoom y otros sitios, recurren a diferentes estrategias: amplían sus catálogos de juegos, invierten en páginas y apps más intuitivas, mejoran el soporte al cliente y así sucesivamente. Sin embargo, los bonos siguen siendo uno de los recursos más efectivos, sobre todo para atraer a nuevos jugadores. Si en un sitio el usuario encuentra una oferta de bienvenida y en otro no, la elección es evidente.
De acuerdo con cifras públicas que hay en Internet, un casino puede invertir alrededor de $280 - $1.400 (≈ $5.000-$25.000 MXN) en publicidad por la adquisición de un solo cliente en mercados competitivos. Una cifra muy elevada si se compara con las ofertas de bienvenida, por ejemplo.
Un bono de bienvenida de $5.000 MXN no cuesta al casino ese mismo valor, ya que los bonos están diseñados para que solo una fracción del valor nominal sea pagada. Por lo tanto, la mayoría de los jugadores no cumplen totalmente con los requisitos de apuesta para poder retirarlo.
Así, incluso si un jugador recibe el bono completo de $5.000 MXN, después de cumplir con los requisitos de apuesta podría quedarse con menos. Por ejemplo, quizá termine retirando unos $1.500 MXN del casino. Aun así, este coste seguiría siendo menor que el de otras formas de publicidad.
La realidad es que los casinos no viven solo del primer depósito de un jugador, sino de su actividad constante. Las bonificaciones incentivan a probar juegos, seguir depositando y mantenerse activos en la plataforma. Aunque en el corto plazo puede verse como un costo, a largo plazo se traduce en ganancias.
Cuanto más largas sean las sesiones de los usuarios o más tiempo se mantengan apostando en la plataforma, mayores ingresos habrá.
Los bonos son la estrategia perfecta para nutrir la relación con los clientes y conseguir la fidelización. Teniendo en cuenta que el 55 % de los jugadores abandonan las plataformas iGaming en el primer año, un buen programa de bonificaciones es totalmente necesario.
Por ejemplo, los bonos de recarga, los giros gratis y los reembolsos convierten a los visitantes ocasionales en clientes frecuentes. Otra fórmula que funciona muy bien en la actualidad son los programas de lealtad: incentivan al usuario a cumplir misiones y desafíos o a participar en torneos a cambio de monedas canjeables por bonificaciones.
Un jugador permanente es mucho más valioso que un depositante ocasional. En términos técnicos, los bonos aumentan el ciclo de vida del cliente (CLV).
Para poder reclamar y retirar un bono es necesario que el jugador se registre, verifique su identidad y deje una dirección de correo electrónico. Esos datos se convierten en un canal de marketing propio, especialmente si el usuario aceptó recibir comunicaciones publicitarias al momento del registro.
A partir de ahí, los operadores tienen la oportunidad de enviar ofertas personalizadas, regalos de cumpleaños, notificaciones, entre otras cosas. Una vez que se tiene un enlace directo con el cliente, el costo del siguiente contacto es casi nulo.
En conclusión, las promociones en los casinos son mucho más de lo que parecen a simple vista. En mercados tan competitivos como el iGaming, los programas de bonificación pueden marcar la diferencia.