Absolutamente todas las instituciones, ya sean políticas (partidos políticos, asesorías), económicas (empresas de productos o de servicios, bancos), culturales (museos, centros turísticos, fundaciones) o de medios de comunicación (periódicos, radio, televisión) se potencian a través de tres cursos operatorios de acción diferentes, que deben ser puestos en práctica por sus directivos y trabajadores.
- a) Planificación: se refiere a todas las gestiones que los trabajadores realizan para conseguir los materiales necesarios para llevar a cabo las funciones de su institución. Por ejemplo, una universidad necesitará pizarrones, plumones o proyectores; una empresa petrolífera precisará perforadores terrestres, válvulas, tuberías; un partido político requerirá de un edificio, celulares o coches para trasladarse; un museo tendrá que conseguir cuadros, esculturas o salones de exposición. En este curso operatorio se planean las acciones a ejecutar para conseguir esos materiales, al tiempo que se ajustan los costos. Las cuestiones a resolver en la planificación son: ¿qué materiales son necesarios? ¿Cómo se van a conseguir? ¿Dónde adquirirlos con la relación calidad/precio más apropiada?
- b) Organización: hace alusión a las labores que los trabajadores efectúan para gestionar lo concerniente a los empleados y sus respectivas relaciones. Se ejecutan las nuevas contrataciones, los despidos, la estructuración jerárquica del personal, la asignación de roles y las funciones específicas, los ascensos y descensos de Los interrogantes a solucionar en la organización son: ¿qué cargos profesionales tendrán las instituciones? ¿Quién los va a ocupar? ¿Cómo seleccionar a las personas más capacitadas?
- c) Estrategia: incluye todas las acciones de los trabajadores orientadas hacia la venta de sus productos o servicios a la sociedad consumidora, la consolidación de alianzas con compañías externas y el cálculo de la victoria en los conflictos de competencia con otras instituciones. Las preguntas a resolver son: ¿quiénes serán la competencia y cómo enfrentarla? ¿Con quién aliarse y qué acuerdos de beneficio mutuo se establecerán? ¿Qué estrategias de mercado utilizar para desplegar productos y servicios en la sociedad consumidora (precio, calidad, localización, publicidad)?
En suma, cabría señalar que estos tres cursos de acción institucionales (planificación, organización y estrategia) no tienen nunca un final, sino que están reactivándose y redefiniéndose constantemente. Por ejemplo, en el caso de la planificación, el hecho de que una empresa de mercadotecnia haya comprado desde sus inicios todos sus materiales (laptops, programas informáticos de diseño, impresoras) no significa que la situación esté resuelta de forma permanente, pues en el futuro debería invertir en tecnología más moderna o sustituir aquellos aparatos que se estropearon. Del mismo modo, en la organización, aunque una institución comience con todo su personal, necesariamente se van a producir cambios, como despidos, nuevas contrataciones, reestructuración de la jerarquía laboral. Por último, en la estrategia, las modificaciones serán constantes, dado que se deteriorarán algunas alianzas y se generarán otras, se diseñarán movimientos para salir victoriosos en la lucha contra la competencia o se buscarán maneras innovadoras para que los productos y servicios atraigan con mayor fuerza a la sociedad.
En conclusión, dado que nuestro proyecto emprendedor necesariamente será de carácter institucional, el hecho de tomar conciencia activa de los diferentes cursos de acción que tienen lugar en el desarrollo de las instituciones siempre nos aportará un plus de ventaja con respecto a nuestra competencia.