Recuerde, nada es personal
Aunque parezca una frase trillada, así debe ser y vale la pena que lo sea. Nadie va al trabajo con la actitud de “voy a hacerle la vida de cuadritos a x o y persona”, bueno, quizás sí, pero son pocos. El resto sólo tratamos de hacer las cosas lo mejor posible para obtener resultados. Por ende, los problemas de la oficina se quedan, resuelven y tratan en ese mismo lugar. Y ninguna determinación, favorable o no para usted, debería trascender a más de un tema laboral que se arregla de forma educada y sin hard feelings, porque, señores, así trabajan los profesionales. No hay más.
Trate de hacer amigos
He pasado por muchas empresas de tecnología, unas increíbles, otras buenas, unas malas y unas cuantas peores. Independientemente de los beneficios económicos o experiencias vividas, al final, lo más valioso que me he llevado de esos lugares han sido las personas a las que hoy por hoy puedo llamar amigos.
Nunca se sabe quién le observa
No digo que usted tenga que ir repartiendo sonrisas y espolvoreando simpatía por toda la oficina, a veces es imposible, pero en los centros de trabajo nunca sabemos quién observa para destacar nuestros talentos o exaltar nuestras debilidades. Seamos ecuánimes y cuidadosos de nuestros actos, eso más inteligencia y esfuerzo se traducirá en prestigio, es más, prestigio pro-fe-sio-nal y contra eso no hay rumor ni calumnia que pueda, recuerde: no hay mejor juez que el tiempo.
No suponga cosas
¿Sabía que el ser humano se preocupa más por lo que imagina que por lo que pasa en realidad? Está científicamente comprobado que la mente es muy poderosa y mucho más en climas de trabajo controlados. Nada es un hecho hasta no verlo y ninguna pregunta es tonta, si no ha sido respondida. Preguntemos antes de actuar, parece algo mínimo, pero le aseguro que si dejáramos las suposiciones y nos pusiéramos a despejar dudas se evitarían millones de conflictos laborales diariamente.
Sea imparcial
Ser imparcial en posiciones de poder o mandos medios contribuye a un clima laboral favorable y a una mejor convivencia, por lo cual nunca estará de más tratar a nuestros colaboradores con respeto, educación y un sentido crítico estrictamente profesional. Claro, sin tomar en cuenta que unos nos puedan simpatizar y otros no tanto. Usted, probablemente, pensará que este punto es “obvio”, sin embargo, le sorprendería lo difícil que puede ser llevarlo a cabo en un país como México.
Exprese su opinión de manera correcta
Puede llegar a costarnos la permanencia en la empresa el no saber expresarnos correctamente, siempre alguien estará mal y habrá quien quiera hacerlo saber, no obstante, recordemos que las palabras son armas poderosas. ¿A qué me refiero? Bueno, no es lo mismo decir: “la estúpida colombiana de marketing tiene un cacahuate por cerebro” a comentar “la compañera que lleva el área de mercadotecnia tiene interesantes áreas de oportunidad, en mi opinión, producto de un choque cultural”. ¡Ajá! Estamos en la era de lo políticamente correcto, un profesional debe hacer ver a los demás lo que quiere expresar sin necesidad de sonar misógino, racista, vulgar o cualquier adjetivo que atente contra su imagen. El 80% de la gente con cierto camino laboral recorrido sabrá que detrás de ese comentario agudo, hay alguien que no está haciendo su trabajo. La clave está en saberlo indicar con los adjetivos correctos y sin exaltarnos. Esto es sumamente tomado en cuenta por los directivos.
Sin duda, este tema da para páginas de consejos, quizá escriba una segunda parte, pero por el momento me despido esperando que disfrute usted de estas líneas.