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Las organizaciones como sistemas complejos

Por: DCH. Edgar Josué García López
Doctor en Ciencias y Humanidades, por la UNAM y la UAdeC; investigador de la UCEM y del GICOM
edgarjosuegl@hotmail.com

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Para observar la realidad de manera distinta se requiere construir una forma de pensamiento diferente; Albert Einstein, conocido como el padre de la relatividad, decía que no se pueden resolver problemas con el mismo pensamiento con el que se generaron. En la actualidad existen muchas formas de estudiar las organizaciones, aunque son pocas las que verdaderamente se pueden concretar en estrategias y modelos de acción; y es que en las organizaciones como en la sociedad en general, no se soluciona una problemática descomponiéndola en pequeñas partes para su fácil manejo y análisis, para ello se requiere observarla desde su naturaleza compleja. Permítanme simplificar una definición de complejidad para fines prácticos: para que una situación o fenómeno ocurra necesita de una cantidad determinada de elementos relacionados entre sí, mientras más elementos y relaciones tenga, más compleja será y viceversa.

Para Rolando García, uno de los principales representantes del pensamiento complejo, un sistema es una totalidad organizada que no resulta de la suma de sus elementos, y al no tener límites precisos requiere de una delimitación arbitraria para estudiarle e intervenirle, es un recorte de la realidad que se ajusta constantemente. En ese sentido, un sistema complejo es una representación de un recorte de la realidad, entendido como una totalidad organizada (de ahí la denominación de sistema), en la cual los elementos no son separables y, por tanto, no pueden ser estudiados aisladamente.

Una organización, cualquiera, un corporativo, una empresa, un colectivo, sin importar su tamaño, es un sistema complejo que se compone de diversas entidades entre sí, no únicamente en su interior, lo mismo ocurre hacia afuera, ahí se relaciona con otras organizaciones armando clústeres como sistemas complejos más grandes; para comprender su evolución, transformación y cambio estructural todas las interacciones son necesarias, cada una de ellas es considerada como sus flujos de entradas y salidas, no necesariamente materiales. Al conjunto de flujos que corresponden a las interacciones de un sistema con el exterior se le denomina condiciones de contorno. Es imposible abarcar la totalidad de todas esas condiciones dentro de un sistema complejo, por lo que se requiere orientar la atención en un encuadre de espacio y tiempo; ubicar lo que interesa resolver de una organización, tomando en cuenta su historial y su proyección, su contexto geográfico y su segmentación de mercado, por mencionar algunos aspectos; esa delimitación es momentánea, sólo será de utilidad para el objetivo en turno, y después deberá ser otra que responda a la necesidad siguiente.

En la dinámica de las organizaciones como sistemas complejos hay que tener en cuenta que existe una relación directa de influencia mutua a la que se le ha llamado interdefinibilidad, es decir, el comportamiento de alguno de sus miembros afectará de una u otra forma al resto; como un efecto mariposa; esta perspectiva también motiva a un sentido de comunidad y solidaridad. La apertura es otra cualidad de su naturaleza, y se mantienen así porque no son estáticos, no tienen una estructura rígida, carecen de límites definidos permanentemente, lo que fomenta con el medio externo intercambios de recursos a nivel local, regional, nacional e internacional.

Las organizaciones complejas también se estratifican en niveles de acción que marcan sus propias dinámicas, aunque siguen el ritmo de una composición general de manera sincronizada. De esa forma mantienen un principio de articulación, aunque sus miembros no actúen de manera uniforme; como es de esperarse, siempre habrá mayor o menor afinidad con algunos que con el resto, diversos intereses o preferencias, sin embargo, existe un bien común, un acuerdo, principio, objetivo, finalidad o política que marca el rumbo a seguir. Es necesario que prevalezca un principio de organización sistémica, donde se comprenda que las modificaciones en la totalidad afectan a las partes, que las influencias externas impactan a todos, sin importar cuál sea el integrante que las reciba, la repercusión es en cadena. La clave para comprender un sistema complejo se basa en un viejo y popular adagio que sugiere ver el bosque sin dejar de ver los árboles y ver el árbol sin dejar de ver el bosque.

Cinco puntos clave para concebir las organizaciones como sistemas complejos:

  1. Una organización es un sistema complejo por la cantidad de elementos y relaciones que la configuran, no importa su tamaño, giro o ramo.
  2. Las organizaciones se componen de todas sus interacciones, no es posible estudiarles sin tomar en cuenta su relación con lo que ha quedado fuera de un recorte arbitrario.
  3. También son interdefinibles; significa que lo que sus integrantes hacen tiene impacto, tarde o temprano, en todos.
  4. Como sistemas complejos también son abiertos, lo son porque al ser dinámicos requieren constantemente de intercambios con otros.
  5. En ellas prevalece un principio de organización sistémica; la totalidad afecta al todo y el todo a las partes.