En el mundo empresarial existe una constante lucha por sobresalir y ser el mejor en su rubro, las corporaciones realizan una exhibición de fuerza y presencia, mientras que otras siguen un camino seguro a la extinción, es por eso que, a manera de prevenir su inevitable fin, acuden al resguardo y auxilio de corporaciones de renombre, ya sea en colaboración o fusión.
Esta última opción es, sin duda, la más difícil de las decisiones, pues determinará la continuidad de la empresa a través de la sumisión y absorción de otra, sin que esta presuponga el éxito rotundo, esto nos lleva a la pregunta: ¿qué hace que algunas fusiones triunfen y otras resulten un desastre financiero?
Malcolm Gladwell, en su obra David y Goliat: Desafiando Imposibles, ofrece una perspectiva que explora cómo en ocasiones una empresa menor puede ser la clave para revitalizar a un gigante corporativo, mientras que otras veces la ambición desmedida puede conducir al fracaso.
Existen varios tipos de fusiones corporativas: por absorción, consolidación o conglomerada, las cuales deberán seguir un proceso corporativo riguroso, que incluye la auditoria de estados financieros, activos, pasivos, acreedores, riesgos legales y operativos, buscando determinar la viabilidad de la fusión.
Una vez que se aprueba, se dará paso a acuerdos y operación de la nueva corporación, es decir, si una de estas denominaciones prevalecerá y absorberá a su contraparte o, en su defecto, se creará una nueva entidad que incorpore los aspectos de las dos; en ambos casos, las empresas deberán llevar a cabo una asamblea extraordinaria, en donde los socios deliberen los términos y las condiciones en los que se realizará su fusión.
A partir de ese momento las empresas deberán efectuar las publicaciones pertinentes en cuanto avisos de fusión y cancelación de denominaciones, entre otros, para dar a conocer a terceros que puedan tener interés en dicha operación, otorgando tiempo para que se manifiesten en contra o para expresar inquietudes sobre la consolidación.
Finalmente, se realizará una asamblea en la cual conste la incorporación de la nueva sociedad, sus estatutos sociales, capital social, roles jerárquicos, administración, entre otros.
Las fusiones pueden ser una estrategia de negocio que hace posible aprovechar las fortalezas de las compañías, permitiéndoles adaptarse al continuo desarrollo del mercado y prosperar en un entorno empresarial competitivo, el enfoque en la comunicación e integración de personas será elemento clave para el éxito de la operación, pues claro está que la fusión de dos corporaciones no determina el éxito.
Un ejemplo de lo anterior es el caso de AOL y Warner en 2000, una prometedora fusión entre un gigante del Internet y un gigante del entretenimiento, sin embargo, la falta de acuerdos y diferencias estratégicas concluyó en una de las fusiones más costosas y desastrosas documentadas.
En el otro lado del espectro, podemos ubicar la reconocida fusión entre Disney y Pixar, en 2006; de nueva cuenta una de las firmas de entretenimiento más reconocidas y el estudio de animación con taquilleras películas como Toy Story y Bichos, si bien muchos esperaban que se repitiera el desastre corporativo de AOL/Warner, esta fusión logró crear proyectos de éxito mundial, los cuales hoy en día siguen fascinando con sus historias creativas y emotivas, como Ratatouille o Coco.
Es por esto que podemos concluir que la comunicación y el saber ceder y acordar lo mejor es la clave del éxito corporativo, pues como dice Michael Dell, fundador y director de la compañía de informática DELL: "en el mundo de los negocios, las fusiones exitosas son el resultado de una estrategia clara, una planificación cuidadosa y una ejecución impecable".