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SALUD

Hablemos de suicidio

Por: MSP. María Jocelyn Bravo Ruvalcaba
Médica egresada de la UASLP; maestra en Salud Pública por la Escuela de Salud Pública de México, del INSP
@Ma_joshyta

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“¿Cómo juzgar en un mundo donde se intenta sobrevivir a cualquier precio, a aquellas personas que deciden morir? Nadie puede juzgar. Sólo uno sabe la dimensión de su propio sufrimiento, o de la ausencia total de sentido de su vida”.

Paulo Coelho

Desde la perspectiva de la salubridad, el suicidio es un problema de salud pública, por la magnitud de su impacto, reportándose anualmente a nivel mundial un promedio de 800 mil actos consumados, estimándose una muerte cada 40 segundos, pero también por el continuo de conductas persistentes como las autodestructivas, ideación suicida y la tentativa suicida que, en su conjunto, se denominan espectro suicida.

Puede afectar a cualquier edad, pero principalmente a adolescentes y adultos jóvenes; en últimos años ha generado gran preocupación por el incremento de casos. En México, para 2018, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reporta 6,710 fallecimientos por lesiones autoinfligidas, lo que representa una tasa de suicidio de 5.4 por cada 100 mil habitantes, afectando en mayor número a hombres que a mujeres.

Este problema de salud mental no tiene una causa única, es el resultado de factores biológicos, sociales y ambientales que interactúan a nivel personal, relacional, comunitario y social. Respecto a la genética, se cuenta con evidencia de que algunos genes pueden aumentar el riesgo, pero, a su vez, la expresión o no de estos se encuentra influenciada por el ambiente. Se ha identificado que un alto porcentaje de las personas que se suicidan padecían alguna enfermedad psiquiátrica, como un trastorno del ánimo, la personalidad o el abuso de sustancias.

En la visión actual de por qué se presenta este comportamiento, se habla de que existe un déficit en el repertorio de respuestas de enfrentamiento alternativo al dolor emocional, las personas pueden tener un sentimiento de desesperanza que, combinado con pensamientos o deseos de morir, incrementando su carga emocional, que con o sin alguna situación estresante como pérdida del empleo, problema familiar, ruptura amorosa o abuso de sustancias, haga que aparezca el comportamiento autoinfligido perjudicial con la intención de morir.

Para prevenirlo, una de las acciones esenciales es promover en la sociedad que se hable del tema a fin de ir eliminando mitos y prejuicios como: 1) el que las personas que realmente quieren acabar con su vida, no avisan, falso, muchas personas avisan sobre sus intenciones, aunque no siempre de forma verbal; 2) las personas que se suicidan son “valientes” o “egoístas”, falso, la conducta suicida está vinculada a un alto grado de sufrimiento; 3) hablar con una persona sobre suicidio la puede incitar a hacerlo, falso, hablar sobre el tema puede ayudar a las personas a reconocer que tiene propósitos autodestructivos; 4) las personas con conductas suicidas tienen que sobreponerse, “echarle ganas” y salir adelante, falso, el sufrimiento emocional de una persona con conducta suicida no sólo debe depender de su fuerza de voluntad, sino que requiere de apoyo y atención profesional.

Otras señales de advertencia que pueden ayudar a identificar el riesgo son: el que la persona hable sobre querer morir o matarse, busca una forma de matarse, habla sobre sentimientos de desesperanza o no tener razones para vivir, habla sobre sentirse atrapado o de dolor insoportable, cree ser una carga para los demás, incrementa el consumo de alcohol o drogas, actúa de forma ansiosa o agitada (exhibe un comportamiento errático), duerme demasiado o muy poco, se abstrae o se siente aislado, demuestra furia o habla sobre la búsqueda de venganza y exhibe cambios extremos de estado de ánimo.

Las crisis económicas y sanitarias combinadas con las nuevas dinámicas sociales generan ambientes en donde la carga de estrés se incrementa en la población, de ahí que la atención a la salud mental sea fundamental en estos días, como es el caso del suicido, identificando oportunamente factores de riesgo, conductas autodestructivas y hablando del tema sin tabúes.

Comentar que se cuenta con unidades especializadas en apoyo a la salud mental y con asesoría telefónica en la Línea de la Vida al 800 911 2000 con servicio las 24 horas, aunado a ello se hacen campañas informativas y anualmente el 10 de septiembre se invita a hacer conciencia como el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, con el objetivo de implementar y promover acciones para su prevención.

Si usted o algún familiar, amistad o persona que conozca presentan alguna señal de advertencia, no hay que dudar en hablar del tema y solicitar apoyo.