
“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”.
Aristóteles
Debido a que una parte importante del tiempo de las personas es ocupado en el trabajo, un ambiente saludable y la promoción de la salud en el sitio donde se desarrollan las actividades son esenciales, ya que hace un aporte positivo a la productividad, la motivación laboral, el espíritu de trabajo, la satisfacción y la calidad de vida general, contribuyendo al desarrollo económico y social de los países, indica la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Al hablar de la salud, lo primero que solemos pensar son normas de higiene y seguridad, y en menor medida se habla de las políticas y actividades en los lugares de trabajo, incluidos el hogar y la calle, que favorece que los empleados y empleadores puedan incrementar el control de su salud y mejorarla.
Con esta misión, se busca principalmente contribuir a disminuir los riesgos, pero también a mantener e impulsar la salud física y mental. En este aspecto, amplia información hemos de encontrar en relación a la identificación y prevención de enfermedades crónico-degenerativas como obesidad, diabetes e hipertensión, las cuales, como vimos en 2020, fueron condiciones clave en la evolución de la enfermedad por COVID-19. Empero, poco se habla de la promoción de la salud sexual y reproductiva, como un eje más para lograr el bienestar físico, mental y social, muchas veces debido a la gran cantidad de mitos y tabúes que existen entorno a ella, pero que si se abordarán sin prejuicios contribuirían al bienestar de las personas, ya que contarían con información para tomar decisiones responsables, disfrutar de su sexualidad y que no se vean afectadas otras esferas de su vida.
Pero ¿qué implica la promoción de una salud sexual y reproductiva? Justamente que la gente pueda contar con información suficiente, de forma clara y entendible, que tenga acceso a métodos anticonceptivos seguros, efectivos, aceptables, asequibles y otorgados con previa asesoría de personas capacitadas; derecho a servicios de calidad durante el embarazo, parto y puerperio, incluyendo la lactancia materna; además de servicios para la atención y prevención de infecciones de transmisión sexual, detección oportuna de cáncer, como el de mama o el de cuello uterino; además de situaciones ocasionadas por el climaterio en, incluso, las que pudieran estar relacionadas a la violencia sexual.
Otro aspecto importante a señalar son los riesgos que, en ocasiones, los lugares de trabajo pueden originar, como lo señala el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH, por sus siglas en inglés):
Todo ello, al final, reflejado en problemas de infertilidad, disfunción eréctil, trastornos del ciclo menstrual u ovulación, desequilibrios hormonales, abortos espontáneos, defectos al nacimiento y bebés prematuros, entre otros.
Por lo que para prevenirlo se propone lo siguiente: para los empleados, estar informados de los riesgos y contar con las medidas y capacitaciones en las mejores prácticas de salud y seguridad, así como tener acceso a servicios de atención, pero también de prevención y promoción. Mientras que para los empleadores se propone identificación de riesgos y peligros en el centro de trabajo, implementar requerimientos de salud y seguridad, así como contar con protocolos de promoción de la salud, que incluyan, además de la salud física y mental, la sexual y reproductiva. Visita: www.cdc.gov/spanish/niosh/topics/reprod/general.html para más información.