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ISO 14001: empoderamiento ambiental en procesos productivos

Por: IA. Roberto Kevin Acosta Cornu
Analista en impacto ambiental y desarrollo social y económico
acostakevin005@gmail.com

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Como se ha discutido en ediciones anteriores, la atención al medioambiente ha experimentado avances significativos en diversos sectores industriales, incluyendo la definición de límites, requisitos y reglamentos. Desde 1996 se cuenta con una herramienta establecida por la Organización Internacional de Normalización (ISO), conocida como norma ISO 14001, sin embargo, fue a partir de su actualización en 2015 que alcanzó su máxima relevancia como estándar para el acatamiento de las prácticas de cuidado ambiental.

A diferencia de otros esfuerzos, la norma ISO 14001 permite la creación de un esquema completo y sistema de autoevaluación que incluye requisitos, cumplimiento legal y objetivos internos, denominado Sistema de Gestión Ambiental (SGA). Esto incrementa considerablemente la viabilidad de la ejecución de los controles establecidos. No obstante, la fortaleza de este estándar presenta un punto vulnerable: su efectividad depende en gran medida del grado de compromiso del equipo que la implementa, desde los puestos directivos hasta los roles auxiliares, cada acción impacta de diversas maneras. La implementación de ISO 14001 y sus requerimientos para el SGA contribuyen a gestionar el impacto ambiental de manera sistemática, prestando especial atención a la legislación. Dentro del marco normativo, se ofrece a las corporaciones la oportunidad de establecer, mantener y mejorar constantemente el SGA en busca de resultados cada vez más positivos mediante un enfoque de mejora continua.

Entre los beneficios más destacados que conlleva la implementación de la norma ISO 14001 se encuentran:

  • Reducción del impacto ambiental: facilitar la identificación y control de los aspectos ambientales relacionados con las operaciones organizacionales, minimizando así su huella ecológica.
  • Cumplimiento de la legislación ambiental: facilitar el cumplimiento de los requisitos legales y reglamentarios pertinentes al medioambiente.
  • Mejora de la eficiencia: permite optimizar el uso de recursos, reducir residuos y disminuir costos operativos.
  • Impulso a la imagen corporativa: refleja el compromiso organizacional con la sostenibilidad, favoreciendo su reputación y atrayendo a clientes y socios más conscientes del medioambiente.
  • Ventaja competitiva: la certificación ISO 14001 puede actuar como un diferenciador en el mercado, evidenciando ante clientes y otras partes interesadas que la empresa se preocupa por el medioambiente.

Los principios claves que sustentan la norma ISO 14001 incluyen:

  • Política ambiental: que define los objetivos y compromisos organizacionales en materia de gestión ambiental.
  • Planificación: identificación de aspectos significativos, evaluación de riesgos y establecimiento de objetivos ambientales.
  • Verificación y acciones correctivas: monitoreo del desempeño ambiental, investigación sobre desviaciones y adopción de medidas correctivas para lograr una mejora continua.

En conclusión, la norma ISO 14001 proporciona un marco robusto para que las organizaciones gestionen fomentando el cuidado de sus impactos ambientales, demostrando su compromiso con la sostenibilidad. Es fundamental recordar el riesgo inherente al SGA relacionado con el compromiso empresarial, muchas entidades implementan este sistema para cosechar sus beneficios sin reconocer que la evaluación del SGA puede resultar desfavorable.

Un equipo certificador competente podría considerar estos resultados para revocar la certificación después del primer ciclo evaluativo (6 meses) o en recertificaciones posteriores (12, 18, 24 o hasta 36 meses), lo cual podría llevar a consecuencias opuestas a las esperadas. Esto evidenciaría falta de empoderamiento ambiental e incapacidad para gestionar un sistema integral alineado con los procesos productivos; indicando que la organización no opera en resiliencia con su entorno.